BTwinBooks: leo, leo. ¿Qué lees?

Ese es el planteamiento con el que la 'startup' BTwinBooks pretende impulsar el paso del mundo editorial a la era digital. La firma ha desarrollado una tecnología que, por un lado, permite a los lectores continuar disfrutando de la novela en cualquier momento y lugar alternando papel y plasma según su conveniencia y, por otro, facilita a las editoriales la recogida e interpretación de datos sobre los hábitos de lectura de sus clientes al tiempo que protege el contenido de la publicación de la piratería.

«Los lectores mayoritariamente aún prefieren el libro físico, pero valoran la versatilidad de la lectura en los dispositivos electrónicos. Sin embargo, veíamos que la industria del libro se estaba sumando a la revolución digital de una manera muy lenta, en gran parte por considerar que una vez digitalizado el producto quedaba muy desprotegido», explica San Martín, uno de los socios promotores de la compañía, convencido de haber encontrado una fórmula que contenta a las dos partes. A tres, en realidad, la convivencia del papel y el formato electrónico «logra también introducir a los libreros en el mercado digital».

Vamos a empezar por los primeros, los lectores, que más o menos somos todos. En las páginas de un libro ya editado con la tecnología BTwinBooks aparecerá impreso un código QR que hay que leer con el 'smartphone' o dispositivo electrónico que queramos. Hasta aquí ninguna novedad; ya hay publicaciones que de este modo envían al usuario una contraseña que, a su vez, da acceso a contenidos exclusivos en la web de la editorial. La propuesta de BTwinBooks, en cambio, lo que hace es descargar en nuestro móvil una 'app' a través de la que accederemos al contenido íntegro del libro. Basta con recordar en qué capítulo dejamos a los protagonistas cuando apagamos la luz de la mesilla para seguir sus desventuras a la mañana siguiente en el bus camino del trabajo. Además, se podrá leer en distintos idiomas o incluso acceder al formato audiolibro.

Y eso sin renunciar al contenido extra antes sólo disponible en la web de la editorial. Ahora se podrá acceder a él con tan sólo pinchar en los 'links' que vayan apareciendo intercalados en el texto a modo de pies de página digitales desde el propio móvil. «Se pueden incorporar notas o comentarios, que incluso pueden ser realizados por otros lectores y así crear una comunidad o foro. La incorporación de material extra puede tener una desarrollo increíble en los libros de texto, donde cualquier tema puede ser ampliado con documentales o mapas y gráficos continuamente actualizados», enumera San Martín.

De cara a las editoriales, que al fin y cabo serían los clientes de la firma, las ventajas empiezan por dar más valor a su producto gracias precisamente a toda esa información asociada a la que ahora da acceso el libro. Pero además, la tecnología de BTwinBooks emplea el internet de las cosas (Iot) para dar a la industria información que le permita conocer realmente cuáles son los hábitos de lectura de sus clientes. «Las editoriales muchas veces desconocen quién es su público real, qué segmento de la población es el que consume cada tipo de publicación. Aún consideran que sus clientes son los distribuidores y su única información veraz es la de ejemplares vendidos. No pueden saber, por ejemplo, si el lector termina o no el libro o qué capítulos le gustan más y cuáles se le atascan e incluso les llevan a abandonar el libro. Nosotros, en cambio, les permitimos saber quiénes consumen su producto y cómo lo consumen, desde el perfil demográfico del público tipo que descarga cada publicación al modo en que lee o la velocidad a la que lo hace», explica San Martín.

La 'startup', que ya ha probado su tecnología con el grupo Planeta, es una de las que acudirán los días 16 y 17 a B-Venture, el mayor evento de financiación para 'startups' del norte de España. El encuentro está organizado por EL CORREO con el patrocinio del Gobierno vasco, la Diputación foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao, así como con la colaboración de Elkargi, Telefónica, BStartup de Banco Sabadell, Laboral Kutxa, CaixaBank y la Universidad de Deusto.