La brecha de la movilidad eléctrica con el norte de Europa continúa creciendo

«Todavía estamos muy por detrás de los objetivos marcados», ha afirmado José López-Tafall, director general de Anfac. Y las estadísticas refrendan esta opinión de forma contundente. La penetración del vehículo electrificado en España es de solo 31,6 puntos, una cifra que supone apenas la mitad de la media de la Unión Europea y menos del 10% del índice que registra el líder absoluto en esta categoría: Noruega.

En gran medida, esta situación está relacionada con la infraestructura de carga, que en España avanza muy rezagada: su índice se queda en 5,6 puntos, un tercio de la media europea y treinta veces menos que el de Noruega. Por si no fuese ya un mal punto de partida, Euskadi aparece incluso por detrás de la media española: el índice de penetración del vehículo eléctrico se queda en 26,7 puntos, y el de la infraestructura de carga está en el grupo de cola con un 4,5.

Para mejorar estas tristes estadísticas, López-Tafall considera que el establecimiento de zonas de bajas emisiones en las ciudades de más de 50.000 habitantes, recogido en la Ley de Cambio Climático, es «una muy buena herramienta». En su opinión, «impulsará la modernización del parque de vehículos -que envejeció el año pasado-, y reducirá los problemas de la calidad del aire». No obstante, también señala que se deben implementar de forma ordenada, y para ello considera que «las etiquetas de la DGT son una buena guía».

Preguntado por la apuesta que los gobiernos están haciendo por el hidrógeno, López-Tafall lo tiene claro: «Hoy en día no es una alternativa a la electrificación, sino una apuesta de futuro para la próxima década». El director de Anfac cree que no se deben exagerar las expectativas y considera que los vehículos impulsados por hidrógeno pueden ser una alternativa para el transporte público y de mercancías, pero no para los turismos. «Y si queremos ser líderes, tenemos que impulsar la infraestructura de hidrogeneras, que no avanza a la velocidad deseable. Sin ellas, no podremos desarrollar nada», advierte.

En cualquier caso, y a pesar del gran crecimiento en el porcentaje de ventas, los vehículos de energías alternativas siguen teniendo una presencia residual en nuestro país. La alternativa más clara está en los híbridos, cuyas matriculaciones ya han superado a las de los automóviles diésel. En esta coyuntura, Anfac prevé que en España se vendan 925.000 coches este año. López-Tafall destaca que la reducción del impuesto de matriculación tendrá un efecto positivo en las matriculaciones, pero es cauto porque los últimos datos han sido peores de lo esperado.

En lo relativo a la producción, Anfac no se atreve a hacer vaticinios. Porque la crisis global de los chips «está teniendo un impacto elevado y ha provocado una situación incómoda y difícil de resolver». No en vano, en mayo la producción nacional se desplomó casi el 40%. Aunque López-Tafall espera cierta mejoría en el suministro de semiconductores a partir de septiembre, reconoce que la escasez continuará hasta el año que viene.

A largo plazo, Anfac prevé que, de aquí a 2030, 19 millones de automóviles sean reemplazados en España por 14 millones. «Prevemos que haya 5 millones menos, pero que eso no afecte a la producción ni al empleo, porque será un parque automovilístico más pequeño, pero también que se renovará de forma más frecuente. Por eso, creemos que la demanda se mantendrá», sentencia López-Tafall.