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Sergio Llamas
Lunes, 20 de enero 2025, 15:13
Desde que las instalaciones de Bahía de Bizkaia Gas (BBG) recibieron a su primer buque metanero -el British Innovator un 8 de agosto de 2003- han pasado casi 22 años y exactamente un millar de buques. La instalación de almacenamiento y regasificación de gas natural ... licuado (GNL) afincada en Punta Lucero (Zierbena), en el Puerto de Bilbao, ha celebrado este lunes a la llegada de su gasero número mil, el Rioja Knutsen. Lo hace en un contexto en el que la firma también analiza otros posibles usos para sus instalaciones, como la carga y descarga del hidrógeno, la del amoniaco y, especialmente, la del CO2.
«¿Esta planta podrá cargar y recibir hidrógeno? Sin duda. ¿Podrá cargar y recibir amoniaco? Sin duda también. Pero hemos dado un paso más en el CO2 licuado», ha añadido durante el acto el presidente de BBG, Juan Andrés Díez de Ulzurrun, tras revelar que han realizado varios estudios. En la actualidad están inmersos en una iniciativa junto a Enagas y Teréga para la que el pasado 18 de diciembre ya presentaron un anteproyecto en Europa, a la espera de recibir su visto bueno. El objetivo es capturar las emisiones que emiten las industrias del entorno, licuarlas aprovechando el proceso de frío de la regasificadora y cargarlo en barcos para distribuirlo «en el otro lado de la frontera, Iparralde. Será en primera instancia un receptor de CO2 para enviarlo a un almacenamiento», ha anunciado.
Participada al 50% por el Ente Vasco de la Energía (EVE) y la operadora Enagás, sólo el año pasado BBG movilizó 49 buques que descargaron 7,84 millones de metros cúbicos de GNL. «Bilbao tiene que competir con muchas plantas», ha recordado Díez de Ulzurrun, en referencia a otras instalaciones como Gijón, Nantes, Normandía, Reino Unido u Holanda. Ante un mercado «regulado» en el que los costes vienen marcados por la Comisión Nacional de Competencia, su objetivo es «convertirse en una de las plantas más utilizada tanto en buques descargados como en caudal emitido», pese a suponer un destino algo más alejado. Para compensar a las empresas ese «día y pico» extra de navegación que puede suponer frente a otros competidores, su apuesta pasa por una sincronización de todas las tareas: desde el practicaje a los remolcadores, los amarradores e incluso las labores administrativas para que «desde que el barco aparece en la bocana, en 20 o 22 horas esté preparado para salir fuera», ha puntualizado.
Así está previsto que ocurra con este buque número mil. Atracó esta pasada madrugada tras haber partido hace 13 días de la localidad texana de Houston, en Estados Unidos. La procedencia no es casual. Durante la última década el gigante americano, impulsado por el fracking, se ha convertido en el mayor exportador mundial de esta materia. Europa es la principal región importadora y España representa el séptimo país en su compra.
Aunque EE UU gana peso, «mucho», ha apostillado en su intervención el presidente de BBG, no es el único país de origen para los gaseros que fondean en el Puerto de Bilbao. Las instalaciones han operado con una quincena de lugares de origen que incluyen desde Argelia a Nigeria, Trinidad (Argentina), el norte de Europa, la península de Yamal (en territorio ruso), Noruega o desde el Pacífico, como Perú. También de «Qatar, que se trajo uno de los barcos más grandes del mundo GNL» para descargar en sus tres tanques de almacenamiento conectados a toda España y Europa a través de una red de gaseoductos. No en vano, las instalaciones son estratégicas no solo en España, sino para todo el arco atlántico.
El tamaño de este último gasero también impone. El buque, contratado por Naturgy, desembarcará durante la jornada 164.000 metros cúbicos de sus cisternas criogénicas -enfrían el gas a 163 grados bajo cero para reducir su volumen original hasta 600 veces-. Dispone de 300 metros de eslora y 50 de manga. Durante el homenaje, el presidente de BBG ha entragado una placa conmemorativa al capitán del navío, el portugalujo Pello Laiz Darquivistade que pese a ser natural de Bizkaia embarcó en Estados Unidos, un lugar desde el que ha reconcido durante el acto que parten muchos metaneros «con destino a toda Europa».
El pasado año la demanda de Gas Natural se vio reducida en un 4,2% en toda España debido fundamentalmente a una caída en la demanda de gas natural para la generación eléctrica (cayó casi un 22%). Sin embargo la demanda convencional creció más de un 3% respecto al año anterior. En cuanto a sus resultados económicos, la compañía cuenta con un ebitda provisional de 23,3 millones de euros y beneficios por valor de 16,6. Además de trabajar con el hidrógeno o el CO2, BBG también esboza otros planes como su segundo cargadero de cisternas o una captación de agua marina.
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