«Compromiso, colaboración e innovación» para salvar el planeta
marta del castillo | social nest ·
«Las empresas podemos ser un actor del bien y usar las fuerzas del mercado para generar un impacto positivo», cree la emprendedora socialjorge murcia
Martes, 18 de octubre 2022, 18:45
El mundo se enfrenta a desafíos tan abrumadores como la emergencia climática. Una coyuntura que puede resultar paralizante pero que, como se ha demostrado en otras épocas, se puede superar con «compromiso, colaboración e innovación». Es lo que piensa Marta del Castillo, CEO de Social Nest, incubadora de empresas sociales.
Del Castillo habló sobre «cómo 'hackear' las crisis». Sólo se puede hacer, sostiene, «incorporando a todos los 'stakeholders' (actores) de una manera colaborativa y creativa». Algo que ya sucedió hace más de 50 años cuando «toda la humanidad» se unió para hacer posible la llegada del hombre a la Luna, con todo el progreso en forma de patentes e innovaciones que conllevó.
El compromiso y la colaboración necesaria para superar desafíos no sólo atañe a gobiernos, organismos multinacionales o instituciones globales. «Tenemos que mirarnos a nosotros, a las empresas que muchos representamos», con su influencia y capacidad para movilizar recursos.
Sin embargo, considera, se sigue sin superar el rol clásico que grandes economistas como Keynes y Friedman atribuyeron a las empresas: promover el mayor beneficio para sus accionistas. El retorno generado por las compañías debe ser en forma de beneficio económico, pero también «social y medioambiental».
«Esas son las empresas del futuro», subraya Del Castillo. «Y ya existen: nos demuestran que pueden ser súperrentables promoviendo esos tres beneficios». Además, se está intensificando la acción de 'lobbies' que persiguen consolidar la figura de las 'benefite corporation', «que puedan tomar decisiones primando el beneficio social y medioambiental sobre el económico».
Son ya «miles» las empresas de este tipo -denominadas también 'B Corps'- que utilizan la fuerza del negocio «para hacer las cosas bien y generar impacto positivo». Ellas son parte fundamental para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que la humanidad se marcó en 2015. Sin embargo, si se quieren alcanzar en 2030, según el mandato de la ONU, «habría que invertir 4,7 billones de euros anuales, y ahora sólo tenemos 2,2 millones».
La inversión necesaria para reducir esa brecha debe ser, a su juicio, «más inteligente». No basta con excluir como inversores a los sectores productivos «que son adictivos, que pueden generar violencia o tienen malas praxis. Eso debería ser el mínimo».
Tampoco son suficientes los criterios ESG ('Environmental, social and governance') porque «siguen siendo un poco laxos». Se necesita más que nunca «la inversión de impacto, la que busca proveer nuevas soluciones para sectores de la población que están desabastecidos. Y buscando alternativas mucho más justas para distribuir la riqueza».
De los 379 billones de euros invertidos en activos financieros, sólo el 0,2% representa inversión de impacto. «Si lo ampliáramos un poco más, al 10% de esos ahorros que ya tenemos invertidos, llegaríamos a cumplir los ODS».