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«Es clave para nuestra misión ser un banco estratégico de país y eso no solo tiene que ser dando hipotecas, hay que financiar a ... la empresa». Así de contundente ha querido evidenciar el presidente de Kutxabank, Antón Arriola, el giro de 180 grados que subyace en el Plan Estratégico de la entidad hasta 2027, con el que prevé crecer en 100.000 clientes más, aumentar un 35% el crédito a las empresas y elevar el volumen de negocio hasta los 150.000 millones.
Una apuesta de crecimiento que permitirá obtener en los próximos tres años unas ganancias acumuladas de 1.650 millones y el abono a las fundaciones bancarias para la función social de mil millones. Son las principales cifras del plan que su presidente ha detallado este lunes en un encuentro de la asociación de antiguos alumnos de la Deusto Business School.
Arriola ha reconocido que se trata «absolutamente» de un giro de 180 grados en el banco y que llega en un momento en que, «si queremos ser un banco de país, estratégico, es ahora lo que necesita la sociedad vasca». Una apuesta por la industria y las empresas que «es nuestro grano de arena» porque «vamos a necesitar una cantidad ingente de dinero para nuestras compañías».
El plan, que ha pasado por una transformación de la estructura interna del banco y su análisis de riesgos para ganar «agilidad», contempla elevar el crédito a las empresas en 3.000 millones en los próximos tres años. Es el resultado de la modificación que se proyecta sobre la cartera crediticia, que en 2021 tenía solo el 34% de sus 47.000 millones fuera del hipotecario y prevé en 2027 elevarlos al 39% de un volumen total de 53.000 millones.
El cambio, ha explicado Arriola, responde también al nuevo escenario bancario, ya que «hemos pasado de una banca de trinchera -ha recordado- teniendo que generar negocio con comisiones», en referencia al periodo en que los tipos de interés estaban en cero o en negativo. En esa política, ha reconocido, «hemos tenido que seleccionar a clientes», en referencia a cierta aversión al riesgo de las empresas, pero ahora «hay que cambiar de mentalidad, cada cliente es oro», ha remachado.
Muestra de esta apuesta por las empresas es la creación de Indar, la cartera de inversiones puesta en marcha por Kutxabank y que cuenta con 500 millones. Para Arriola es una herramienta que supone un «cambio relevante en nuestro escenario de inversión» porque puede afrontar operaciones de 100 millones de euros, para las que ahora no había alternativa en Euskadi.
Indar, que analiza ya una docena de posibles inversiones, estudia la entrada directamente en empresas tractoras y también acciones coordinadas con Gobierno vasco, a través de su fondo Finkatuz, o con otras herramientas como 'family office' o plataformas como las de la Fundación Artizarra. El plan, ha recordado Arriola, es conformar una cartera de inversiones atractiva y, «si las cosas se hacen bien, plantearnos una salida a Bolsa, sería una buena noticia».
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