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El pasado miércoles fue su último día de trabajo como orientador en Lanbide. Recogió sus cosas y abandonó el que ha sido su puesto durante ... más de una década. Fernando Corcuera se va a la calle con 61 años por no haber sacado la plaza en el proceso para consolidar a los interinos en la Administración vasca. «Me he quedado fuera por no tener acreditado un perfil lingüístico de euskera. Mis 16 años aquí puntúan menos que un PL3», se lamenta. Va a llevar su caso a los tribunales porque considera que ha estado todo este tiempo en fraude de ley al ocupar un puesto estructural con contrato de eventual y porque, supuestamente, a los mayores no les iba a condicionar la falta del euskera.
No es el único caso. Hay más personas como Corcuera que, pese a sus años de experiencia, no han conseguido plaza en los procesos de consolidación convocados para cumplir con la denominada 'ley Iceta', que obligaba a hacer fijos a los interinos de larga duración y a rebajar la temporalidad en el sector público al 8%, una tasa que superaba el 40% de Euskadi. Bajo esta normativa, se han convocado OPE en todos los ámbitos (Osakidetza, Educación...) y esta semana ha tenido lugar la toma de posesión de más de 2.200 trabajadores que han conseguido un puesto en la administración general (Lakua, Lanbide...). También se ha ejecutado el cese de los que se han quedado fuera.
El euskera ha sido su principal hándicap. De hecho, los procesos han estado marcados por las demandas y sentencias en torno a las elevadas exigencias en esta materia. «No puede ser que personas que llevan décadas en sus puestos se están viendo en la calle a una edad en la que es muy difícil recolocarse. El euskera no puede ser discriminatorio cuando se tienen tantos años de experiencia», critican en Servicios Públicos de UGT Euskadi, que llevan varias demandas de este tipo.
Corcuera entró en Lanbide en 2008 cuando todavía era el Inem y dependía del Gobierno central. «Con la crisis se contrataron orientadores y yo entré por concurso de méritos. Por mi experiencia como periodista pasé al gabinete técnico y viví de cerca la transferencia de la competencia a Euskadi en 2011», relata. Le traspasaron a Lanbide como eventual y como llevaba años así, ocupando un puesto estructural, acudió a los juzgados como muchos interinos. «Me dieron la razón, pero eso solo significaba el reconocimiento como indefinido hasta que se cubriese la plaza», apunta.
Como no se convocaban OPE, permaneció en su puesto de orientador sin sobresaltos hasta que llegó la 'ley Iceta'. «Se convocaron los procesos y a mí me pilló en un momento muy malo. Tuve una operación muy grave de la columna vertebral. De hecho, fui al examen con parches de fentanilo», cuenta. A ello se le sumó que tenía el perfil lingüístico 1 (PL1) caducado. «Me lo saqué en los 90 y ocurría que, pasado un tiempo, si no obtenías el 2 caducaba», precisa.
- ¿No se planteó sacar el perfil lingüístico para asegurarse una plaza?
- Estaba muy mal con lo de la espalda y nos aseguraron que a los mayores, con muchos años de experiencia, no nos iba a condicionar lo del euskera. Eso es lo que se había pactado en las mesas sectoriales.
Pero sus cálculos no se cumplieron. Corcuera quedó en la posición 244 en la lista final, en la que se mezclaban tanto los interinos que habían acudido al concurso especial de méritos con la OPE abierta a todos los aspirantes. No era mala posición porque había 292 plazas ofertadas. El problema es que solo 80 de ellas no establecían como preceptivo el perfil lingüístico. Pero las cubrieron antes de que le tocara su turno. «Ha entrado una persona que estaba en la lista en la posición 341, sin experiencia, pero con el PL3», dice.
De acuerdo con la valoración otorgada, sus 16 años de experiencia le han dado 25 puntos mientras que un perfil lingüístico 3 suponían 26. En consecuencia, no ha obtenido plaza, con lo que ha sido cesado. «Muchos de los que se han quedado fuera es por el euskera. O no han superado la nota de corte por falta de perfil lingüístico o bien lo han hecho pero se han encontrado con que las plazas no perfiladas (sin exigencia de euskera) ya las habían cogido», apunta el abogado Javier López Vicuña, que lleva varios casos.
El caso de Rosario, de 58 años, es de este tipo. Ella es médico y llevaba más de una década de interina en la delegación territorial de educación de Álava. No tiene más que el perfil lingüístico 1 y esa ha sido la principal razón de que no haya conseguido una de las 83 plazas incluidas en la OPE, de las que 51 estaban destinadas a interinos. «A mí me ha superado gente sin experiencia pero con euskera y han quedado 22 vacantes porque no se cumplían los requisitos. No sé qué va a pasar ahora», explica. Ella al menos no ha sido cesada todavía porque la persona que ha obtenido su puesto «ha firmado la plaza y pedido una excedencia». Pero la incertidumbre es total.
El departamento de Gobernanza, Administración Digital y Comunicación llama a la calma y recuerda que «va a ha haber una segunda vuelta en los puestos que no se han adjudicado». Pero para Corcuera, que ya tiene la carta de cese, no hay más oportunidades.
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