La aeronáutica pide un plan sectorial que le permita seguir volando
El desplome de los pedidos lleva a los cuatro fabricantes de motores y estructuras con plantas en Euskadi a pasar de los ERTE a reducir plantillas
Se trata de uno de los sectores tecnológicos más punteros con los que cuenta España y el País Vasco, que conlleva importantes inversiones para fabricación ... y en actividades de I+D+i, además de implicar unas plantillas muy cualificadas y ser una actividad que ejerce un fuerte impulso tractor en la cadena de proveedores, que ya empezaba a tener una base crítica bastante notable. Ahora todo este entramado se ve sacudido por un descenso de su cartera de pedidos sin precedentes y para la que aún no se atisba cómo desplegar un paracaídas. Los datos de la asociación sectorial Tedae (Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio), que preside Ricardo Martí Fluxá, indican que el sector aeronáutico mueve un volumen de negocio de 10.523 millones y genera 44.685 empleos directos (a los que hay que sumar cerca de 100.000 indirectos), a través de 696 centros productivos de los cuales 122 están radicados en el País Vasco.
Más específicamente, los datos de la asociación Cluster de Aeronáutica y Espacio del País Vasco (Hegan) indican que las empresas vascas -que están muy internacionalizadas- en conjunto generan un negocio anual de 2.500 millones y un empleo total de 15.000 personas en todo el mundo, de las que 5.000 trabajan en Euskadi.
Frente a un futuro prometedor, el aterrizaje forzoso que tuvo que hacer la flota mundial de aviones en marzo como consecuencia de la pandemia del Covid-19 ha provocado el desplome de los pedidos de nuevas aeronaves y de ahí un descenso de la carga de trabajo de entre un 40% y un 50% en las factorías de los constructores y proveedores.
En septiembre empezarán las negociaciones en Aernnova, ITP Aero, Aciturri y Alestis
reducción de plantillas
Desde Tedae explican cómo «las empresas han tenido que adaptar sus ritmos de producción a la drástica caída de la demanda de aviones», y por ahora estiman «prematuro» hacer cualquier proyección sobre cuándo se podrá recuperar el sector debido a la «incertidumbre actual».
De ahí que Tedae haga una petición para desde la colaboración público-privada trabajar en el «desarrollo de un plan tecnológico aeronáutico». Dicho plan debe disponer de «la necesaria ambición presupuestaria», que permita «consolidar un actividad fundamental para nuestra economía» y mantener «los puestos de trabajo de alta calidad y valor añadido». En esta línea pretende ir el acuerdo suscrito el pasado 31 de julio entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Airbus para dinamizar el sector acelerando contratos relacionados con el segmento de defensa, el lanzamiento de un Plan Tecnológico Aeronáutico (PTA) dotado de 185 millones de euros y un Fondo de Apoyo a la cadena de suministros con otros 100 millones, aunque todo ello estaría vinculado a la llegada del dinero europeo.
2.500 empleos en peligro
En julio y agosto se han sucedido los anuncios de recortes de plantilla en empresas vascas o nacionales que tienen plantas en Euskadi: Aernnova plantea una reducción del 20% de sus trabajadores; ITP Aero propone recortar un 15%; y Aciturri y Alestis no han dado cifras pero si que amortizarán puestos. A esto hay que sumar también los planes de Airbus de reducir 900 empleos en España, que a pesar de que no tiene plantas en el País Vasco si es uno de los contratistas para los proveedores vascos.
El sindicato USO estima que las reestructuraciones anunciadas ponen en el alero unos 2.500 puestos de trabajo directos y otros 20.000 indirectos, por lo que reclama un plan asegurar el futuro del sector.
La esperanza de que el ajuste de empleo pueda ser menor al anunciado radica en que ni Aernnova, ni ITP Aero, ni Alestis ni Aciturri han hablado específicamente de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), que son procedimientos muy tasados, sino que han apelado a medidas laborales para reducir costes en determinados porcentajes, lo que 'a priori' deja un mayor margen a la negociación.
Fusiones, ventas o cambios accionariales
En los últimos años ha habido grandes cambios en la propiedad del sector aeronáutico presente en Euskadi y se avecinan nuevos. Rolls Royce ha vuelto a poner el cartel de 'se vende' sobre ITP Aero, después de haber registrado unas pérdidas de 6.000 millones y estar necesitado de hacer caja. Rolls controla el 100% de ITP desde finales de 2017, tras adquirir el 51,3% del capital que controlaba Sener. En verano de 2019 Rolls estuvo a punto de vender ITP a Indra, pero la operación decayó por discrepancias entre ambos.
También hace un año, cuando nadie imaginaba lo que llegaría en marzo, Aciturri firmó el acuerdo de compra sobre el 76% del capital de Alestis, quedando el 24% restante en manos de la sociedad pública SEPI, pero la ejecución formal del acuerdo se selló este mes de julio, ya en plena crisis. Alestis -creado por las antiguas cajas andaluzas y el grupo vasco Alcor- estuvo en concurso de acreedores entre 2012 y 2014, cuando pasó a estar controlada por Airbus.
Otra operación fue la compra de Aernnova en 2017 por parte de los fondos Towerbrook, Torreal (Juan Abelló) y y Península (Borja Prado), aunque el equipo directivo de López Gandásegui conserva una parte del capital.
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