La UE advierte de represalias al presidente de EE UU
J. m. CAMARERO | S. ARROYO
Viernes, 4 de octubre 2019, 07:20
Aceite, aceitunas, quesos y carne de cerdo, afectados
J. M. Camarero
Las miles de familias españolas que viven del aceite y el vino, y en menor medida del queso, las frutas, la carne de cerdo y el marisco, se han visto sorprendidas por cómo se tambalea uno de los pilares de sus negocios: la exportación de sus productos a EE UU. Porque los aranceles del 25% casi suponen su destierro de aquel país . El sector agroalimentario nacional se juega unos 1.000 millones en las ventas dirigidas a EE UU hasta ahora. Y lo hace como consecuencia de una sanción a un sector ajeno a su actividad: el aeronáutico, liderado por Airbus.
Las actividades gravadas se lamentan del efecto colateral que deberán soportar tras las nuevas tasas anunciadas por Donald Trump. El olivarero es el sector más perjudicado : entre aceite y aceitunas exporta por valor de 580 millones de euros al año a EE UU. Para España, el país norteamericano es el segundo mercado de destino, adonde dirige la mitad de sus ventas al exterior.
El del vino es, por volumen de negocio exportado, el segundo sector que se verá más afectado por los nuevos aranceles. Los más de 300 millones de euros que vendió a EE UU en 2018 reflejan el protagonismo que han ido tomando los caldos españoles en aquel país .
También se han encendido todas las alarmas en la industria láctea en general, y en la de quesos en particular, ya que se exportan a EE UU piezas por valor de 87 millones de euros. En el caso de la carne de cerdo, el jamón se libra pero no la carne congelada , con un impacto de 52 millones.
Tampoco se quedan atrás otros productos agrícolas, que también se incluyen en la relación de afectados, como los cítricos. Las exportaciones de naranjas, mandarinas, clementinas y limones a EE UU alcanzan los 20 millones de euros el año pasado.
La UE advierte de represalias al presidente de EE UU
Salvador Arroyo
La Unión Europea está dispuesta a agotar todas las vías de negociación para evitar una guerra comercial abierta con EE UU, después de que la Organización Mundial de Comercio (OMC) le haya dado luz verde para cargar aranceles a productos de España, Francia, Alemania y Reino Unido. « Es un movimiento que ante todo golpeará a los consumidores y a las empresas estadounidenses y hace más difíciles los esfuerzos hacia un acuerdo negociado», aseguró ayer un portavoz de la Comisión Europea, que agregó que la UE ya tiene preparadas «medidas de represalia».
Así las cosas, Bruselas volvió a insistir en que es mejor «buscar una solución justa, equilibrada» , que un nuevo choque frontal. La estrategia es que EE UU acepte un pacto de no agresión comprometiendo el control mutuo de ayudas a sus respectivos colosos aeronáuticos, el estadounidense Boeing y el europeo Airbus. La propuesta no es nueva. Se llevó a Washington en julio, pero aún no hay respuesta. Así que nadie descarta que el conflicto acabe tensando aún más unas relaciones transatlánticas que viven en la inestabilidad.
En el calendario hay ahora dos fechas inmediatas clave. La primera, el día 14. Washington ha solicitado al organismo de arbitraje internacional una reunión con la UE. Sería la última oportunidad para hallar un punto de entendimiento . Si no se logra, ese mismo día podrían autorizarse formalmente los aranceles anunciados a las importaciones europeas que se activarían el día 18.
Pero ¿cabe un aplazamiento 'in extremis'? El 1 de noviembre comenzará el mandato de Ursula von der Leyen al frente del Ejecutivo comunitario y el del irlandés Phil Hogan como comisario de Comercio. Además, EE UU sabe que recibirá de la OMC un golpe en contra en pocos meses. Para principios de año, el organismo internacional se posicionará del lado de la UE reconociendo el perjuicio que Airbus ha sufrido por las ayudas económicas norteamericanas a Boeing y autorizará la consiguiente carga de aranceles. El sentido común alentaría agotar todas las opciones para evitar la fractura al menos hasta ese día.
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