Lo que mal empieza... Así fracasó la opa que ha ganado Pedro Sánchez
El varapalo para BBVA, después de 17 meses de luchar contra todo y contra (casi) todos, es tan duro como esperado por las maniobras del Gobierno para evitar que saliera adelante
Lo que mal empezó ha terminado de la peor manera. La opa más política que ha vivido España en las últimas décadas, la que lanzó ... BBVA para hacerse con el Banco Sabadell, ya es pasado. Y lo es porque los accionistas de la entidad catalana han decidido que así sea a las primeras de cambio. Apenas un 25% de ellos avaló la operación, quedando por debajo del umbral del 30% que daba al banco vasco la posibilidad de rematar la faena en una segunda opa. Era el escenario que todos barajaban, incluso BBVA. Pero no. El varapalo para Carlos Torres es enorme. Tan duro, eso sí, como esperado, porque si después de 17 meses de batalla luchando contra todo y contra (casi) todos llega a salir victorioso, hablar de milagro era quedarse corto.
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La opa ha FRACASADO (así, en mayúsculas) y ahora, irremediablemente, toca hablar de perdedores y vencedores. El gran derrotado está claro, BBVA y sobre todo su presidente, Carlos Torres, que lo ha sido por segunda vez en su intento de hacerse con el Sabadell. ¿Dimitirá? De momento, no tiene pinta pese al daño reputacional. Por contra, usted pensará que el gran vencedor es el Sabadell y su presidente, Josep Oliu, que ha consolidado su rol de 'perro viejo' en el mundo bancario español (Ay esa filtración a través de Reino Unido en plena campaña electoral autonómica catalana...). Pero no. Sabadell se ha dejado mucho músculo por el camino, como la venta de la británica TSB, fiándolo todo a intentar que la opa fracasase. Así ha sido, ¿pero a qué coste? Atentos a la Bolsa estos días... La duda no es si sus acciones bajarán, sino si lo harán un dígito o dos.
Sigamos con la nómina de vencedores. Quizá le sorprenda, pero entre ellos destacan los accionistas de BBVA, que verán cómo sus títulos se revalorizan en Bolsa y el consejo de administración liderado por Carlos Torres acelera la lluvia de dividendos para tapar el fracaso de la opa.
Pero si hay un claro vencedor de este sonoro fracaso es Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno, desde el minuto cero, se posicionó en contra de la operación sabedor de la enorme dependencia que tiene del independentismo catalán para seguir en Moncloa. Ya saben, si Carles Puigdemont dice A, toca decir A. Que dice B, pues B. Se llama supervivencia y en esto de caer siempre de pie, Sánchez es infalible.
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Lo que mal empieza... No sé si recuerdan la famosa filtración que nadie hizo (no vale reírse) y que indignó a todos llegó en el arranque de la campaña electoral que estaba concebida para llevar al socialista Salvador Illa hasta la Generalitat asestando a su vez la puntilla al 'procés'. Un movimiento que contaminó la opa de BBVA al Sabadell y que, como ahora se ha visto, la dejó herida de muerte.
Y claro, en esta España donde su clase política no brilla precisamente por su altura de miras e intelectualidad, el trazo grueso comenzó a contaminar el relato. ¡Hostil! ¡Hostil! ¡Madrid viene a por nosotros! ¡Hay que defender Cataluña de este atropello! Oigan, pero si hace dos días La Caixa se hizo con Bankia y aquí no pasó nada... Por cierto, lo del elocuente silencio vasco hasta que Imanol Pradales se posicionó a favor de la opa en la recta final del proceso merece capítulo aparte.
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¿Qué hizo Pedro Sánchez? Ponerse la camiseta del 'no pasarán' inventándose, primero, una consulta pública que dejó muy tocada la imagen reputacional de España en la Unión Europea, el BCE, el FMI y la City. Ahí están los mensajes de Bruselas, abriendo incluso un expediente a la cuarta potencia del euro por hacer lo que no hubiera hecho si en lugar de Cataluña estuviéramos hablando de otra comunidad autónoma.
Pero no se quedó aquí. Tras la inédita consulta llegó la decisión del Consejo de Ministros de intentar torpedear la opa aplazando una potencial fusión al menos tres años y aprobando una serie de condicionantes que hacían que la opa perdiese mucho de su atractivo (si es que alguna vez lo tuvo).
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Porque claro, Carlos Torres, en su defensa, siempre podrá esgrimir aquello de que en una democracia europea medio normal esta operación hubiera salido adelante ya que, técnicamente, era impecable y estaba avalada por las grandes instituciones comunitarias internacionales. Vamos, que si no ha salido no es por su culpa, sino porque el Gobierno así lo ha querido.
Aquí radica el gran error de BBVA, infravalorar desde el primer momento la política. Porque todo es política. Guste más o guste menos. ¿Por qué no esperaron a lanzar la opa después de acabar las elecciones autonómicas catalanas? ¿Por qué comenzaron las conversaciones con el Sabadell apenas unos meses antes de estos comicios tan importantes sabedores del peligro de filtraciones que existían siendo conscientes, además, de que ya habían fracasado hace unos años en su intento de hacerse con la entidad presidida por Josep Oliu? ¿Por qué se empeñaron en hacer como si aquí no había pasado nada?
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Al menos BBVA siempre podrá llevar a gala haber puesto de acuerdo a todos los partidos catalanes en algo. Y todos es todos, desde Esquerra al PP. Aquí radica gran parte del fracaso. Porque lo que mal empieza...
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