El acuerdo UE-Mercosur refuerza a la industria vasca frente al proteccionismo
El pacto permitirá reducir la dependencia de China en materias primas y eliminar barreras en un contexto marcado por los aranceles de Trump
Si uno se ciñe a los datos de comercio puede concluir que el acuerdo alcanzado entre la UE y Mercosur -bloque formado por Brasil, Argentina, ... Uruguay, Paraguay y al que se ha sumado Bolivia- no tiene un gran impacto en Euskadi. Las exportaciones a este bloque suman 289 millones hasta septiembre, cuando solo a Francia se han vendido 3.751 millones en ese mismo periodo. Las importaciones sí son algo más voluminosas -1.084 millones- por el petróleo procedente de Brasil. El asunto cobra relevancia si se tiene en cuenta que hay 92 empresas vascas instaladas en esos países en sectores como la automoción, la energía o la aeronáutica. Pero la verdadera trascendencia del pacto viene de lo que supone para toda la industria europea, incluida la vasca: una vía para reducir la dependencia de China en materias primas y un refuerzo frente a los aranceles que establecerá Trump en EE UU.
Es la lectura que hacen tanto el Gobierno vasco como la Cámara de Comercio de Bilbao. «Este acuerdo es un antídoto frente al proteccionismo impulsado por otras potencias», señala Mikel Arieta-Araunabeña, director gerente de este último organismo. «Aumentará la seguridad de suministro en materias críticas para la transición energética», apuntan la Secretaría General de Acción Exterior del Ejecutivo autonómico. Y es que Brasil, por ejemplo, es un gran productor de algunas de las más solicitadas como cobre, manganeso, silicio, titanio, níquel o tungsteno.
El acuerdo es un salto histórico. Supone crear la mayor área comercial del mundo, un mercado de más de 722 millones de personas, 449 millones de Europa y 273 millones en Sudamérica. Si se ratifica, la UE se convertirá en el primer socio de Mercosur, con un convenio que no tienen ni EE UU ni China. Y el mérito es mayor si te tiene en cuenta que se trata de un bloque muy complejo, con importantes barreras de entrada como bien saben todas las empresas que tienen posiciones en Brasil.
Pero además cobra relevancia por el momento en el que llega, cuando Europa sufre especialmente la dependencia de China y cuando Trump amenaza con imponer aranceles nada más llegar a la Casa Blanca. Ha anunciado ya una tasa del 25% para las importaciones de México, que supone una gran preocupación para las casi 200 empresas vascas instaladas en el país, muchas de ellas del ámbito de la automoción. El estado azteca ha sido durante años base de producción para surtir el mercado norteamericano.
Automoción
Precisamente el sector de automoción va a ser uno de los beneficiados del acuerdo sellado en la UE y Mercosur. Los coches tienen ahora un arancel del 35% para entrar en el bloque sudamericano y se bajará al 25%, con un descenso progresivo a partir de ese nivel hasta eliminarlo al cabo de 15 años en los vehículos de combustión y a los 18 en el caso de híbridos y eléctricos.
La automoción es el sector que concentra más implantaciones de empresas vascas en Mercosur, 36 sobre un total de 174 (94 productivas y 80 comerciales). La mayoría están en Brasil, como los fabricantes de componentes Gestamp y CIE, que tienen allí cerca de una veintena de plantas. Brasil produjo 2,3 vehículos el año pasado, casi los mismos que España.
Otro sector con gran presencia y lazos con ese bloque es el energético. No hay que olvidar que Iberdrola es la principal distribuidora de electricidad de Brasil a través de su filial Neoenergía, lo que llevó a instalarse allí a proveedores como Velatia o Arteche, que también está en Argentina.
Asimismo, son relevantes las relaciones comerciales en el ámbito aeronáutico. Aernnova tiene a la brasileña Embraer en su cartera de clientes, motivo por el que tiene planta en el país.
Si se pone el foco en las exportaciones de Euskadi a Mercosur, las principales partidas son maquinaria mecánica, aparatos eléctricos y manufacturas de aluminio. En las importaciones lo más destacable es el petróleo procedente de Brasil, que supone un 70% del total y ha crecido de manera relevante por el veto a Rusia. Asimismo son relevantes las semillas oleaginosas para producir biocombustibles y el estaño.
El acuerdo también es beneficioso para los productores de vino porque elimina los aranceles en este capítulo establecidos por Mercosur, así como los de las bebidas espirituosas y los productos lácteos. Pero para gran parte de los agricultores y ganaderos, incluidos los vascos, este convenio es un golpe. Ese es el motivo de que Francia lidere la batalla contra la ratificación del acuerdo y esté aglutinando apoyos. Podrá tumbarlo si suma una minoría de bloqueo que requiere cuatro estados miembros que representen el 35% de la población de la UE.
Los ganaderos vascos se quejan del cambio de «coches por vacas»
El tratado contempla medidas favorables para los agricultores y ganaderos al eliminar los aranceles que Mercosur tenía para el vino y otras bebidas espirituosas (35%), la leche y el queso (28%) así como para el aceite de oliva (10%). Pero la mayor parte del sector ha acogido de forma muy negativa el acuerdo tanto en Euskadi como en el conjunto de España. Preocupa la entrada masiva de carne y otros productos agrarios del bloque sudamericano.
«Supone utilizar el sector primario como moneda de cambio para favorecer los intereses de otras actividades como la automoción; lo que popularmente se conoce como cambiar coches por vacas», critica la organización agraria vasca Enba.
Según recuerdan, Brasil y Argentina son dos potencias en la producción de carne de vacuno y «sus condiciones laborales, medioambientales y de trazabilidad son radicalmente inferiores a las que hay en Euskadi». Concluyen que es «un acuerdo desigual».

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