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Los presidentes de CEOE y de Cepyme, Juan Rosell (i, detrás) y Antonio Garamendi (d, detrás) y los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez (d) y Unai Sordo EFE
El acuerdo entre patronal y sindicatos para subir los sueldos es de complicada traslación a Euskadi

El acuerdo entre patronal y sindicatos para subir los sueldos es de complicada traslación a Euskadi

Puede tener un efecto directo sobre 160.000 trabajadores vascos, pero hay muchas dudas de que el pacto pueda desbloquear la negociación colectiva

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Martes, 26 de junio 2018, 01:08

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El acuerdo sellado ayer entre patronal y sindicatos, según el cual los sueldos subirán un 2% anual hasta 2020 y un variable del 1% en función de cada empresa, no suscitó en Euskadi la misma euforia que en el resto de España. No es de extrañar teniendo en cuenta que la central mayoritaria en la comunidad, ELA, no está entre los firmantes y es sumamente crítica con un pacto «insuficiente» que, en su opinión, solo busca «dar imagen de paz social y un espaldarazo al Gobierno de Sánchez».

Las organizaciones patronales vascas, que sí están vinculadas, no quisieron pronunciarse ayer, si bien en otras ocasiones ya han recordado que la subida salarial es sólo una recomendación y que las empresas ya están elevando los sueldos cuando pueden. Sólo las estructuras de CC OO y UGT en el País Vasco defendieron con entusiasmo el pacto y recordaron que, debido al bloqueo de la negociación en el territorio, hay muchos trabajadores afectados directamente al estar sometidos a convenios estatales. En concreto son 160.000 (el 28% del total), y de ellos 71.441 tienen el convenio pendiente de renovar.

Pero vayamos por partes. Efectivamente, el acuerdo salarial, que contempla una subida de hasta el 3%, no tiene una aplicación inmediata sobre los trabajadores. Sólo obliga a que los agentes firmantes (CEOE y Cepyme, UGT y CC OO) lleven los criterios pactados a las mesas de negociación. Ese compromiso vincula a Confebask y las organizaciones empresariales territoriales, pero no a la mayoría sindical vasca (ELA y LAB), y es difícil pensar que, dado el nivel de desencuentro existente, vaya a ayudar a desatascar la negociación colectiva.

LAB no se quiso pronunciar ayer, pero la acogida de ELA fue muy negativa. «La subida pactada es sólo una recomendación que luego las patronales aplican donde quieren. Encima no se tiene en cuenta que la inflación está disparada y que puede dejar corta el alza. Y los salarios mínimos contemplados, de 1.000 euros, son insuficientes. Habría que llegar a 1.200», señaló Pello Igeregi, responsable de negociación colectiva del sindicato.

Con esta valoración es poco realista confiar en un desbloqueo, y eso que la necesidad es mucha. En Euskadi hay más de 386.000 trabajadores, el 67% del total, con los convenios pendientes de renovar o decaídos. De ellos, 71.441 están afectados por convenios estatales con incidencia en Euskadi y, por tanto, esos sí que están directamente concernidos por el acuerdo alcanzado en Madrid.

Pero el rechazo de ELA tuvo también su contrapunto. «Nosotros sí que esperamos que sea un revulsivo para llegar a acuerdos», apuntó esperanzado el secretario general de UGT-Euskadi, Raúl Arza. «Quien dificulte la traslación a Euskadi de los avances logrados tendrá que explicar por qué», añadió su homóloga en CC OO, Loli García.

Para entender lo que supone la subida pactada (2% fijo y otro 1% condicionado), hay que analizar lo que se está firmando actualmente en Euskadi. Pues bien, los convenios negociados en el País Vasco en lo que va de año (hay datos hasta abril) contemplan un aumento salarial del 2,3%. En el caso de los estatales con incidencia en la comunidad el alza se limita al 1,8%.

Lo que sí será de aplicación directa es la parte del acuerdo que se trasladará al Gobierno para que haga los cambios legales correspondientes: ultraactividad, subcontratación... UGT y CC OO ven grandes mejoras pero, según ELA, solo es un aval para que Pedro Sánchez retoque la reforma laboral en vez de tumbarla.

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