Ver 19 fotos
Alcaraz reina en Nueva York y en el mundo
El murciano derrota a Sinner con un tenis total, suma su sexto Grand Slam y recupera el número uno
Carlos Alcaraz es el nuevo sheriff del Open de Estados Unidos. Ayer, en Nueva York, lo ganó todo. El título, el premio de 5 millones ... de dólares y el número uno del mundo. El murciano, de 22 años, dictó una cátedra ante su máximo rival, el italiano Jannik Sinner. El tenis grita 'vamos' como lo hizo él al final del partido. Mágico, consistente, genial en cada golpe, en su estrategia. Magnífico con el saque. Demostró en Nueva York que es el mejor del mundo.
Desde la jornada inaugural exhibió un tenis dulce, enorme en su ejecución. Brillante. No dudó nunca de él. Apareció siempre confiado. Dispuesto para la victoria, preparado para el triunfo, entrenado para desplegar todo el repertorio de su extraordinario juego. Ganó en cuatro sets y en apenas 2 horas y 42 minutos, por 6-2, 3-6, 6-1 y 6-4.
Fue una final espectacular entre dos números uno, pero en la que el español se abrazó pronto al triunfo y acabó besando el trofeo del US Open por segunda vez en su carrera. Es su sexto título de Grand Slam. Mantuvo su dominio sobre Sinner, que solo sabe que pierde con él. Alcaraz siempre apareció en la pista con confianza, pegando sin compasión, siendo asfixiante con el rival, concediéndole pocas oportunidades de remontar el resultado, pero sobre todo, de permitirle soñar con la victoria.
Tras rematar el triunfo, Carlos se abrazó con el italiano, del que dijo que «te estoy viendo más que a mi familia, en el vestuario, en la pista», y lo felicitó por sus triunfos y por todo lo que está haciendo por el tenis. Antes se había ido a celebrar con su familia y equipo el triunfo. «Tengo mucha suerte de tenerlos, me han hecho mejor no solo en lo deportivo sino también en lo personal. Este título no es solo mío, también es vuestro», lanzó.
El italiano agradeció el apoyo del público, pero reconoció que «hoy Carlos ha sido mejor que yo. Intenté todo lo que pude, pero no pudo ser». Sonríe Carlos Alcaraz, y su risa contagia a todo el tenis español, lleno de felicidad de volver a ver a un nuevo líder del tenis mundial. Un líder que brilla como la Luna de Sangre que hemos tenido en las últimas noches. Un líder sólido, que gana en cualquier superficie y que se ha convertido en el auténtico dolor de cabeza de Jannik Sinner, el otro número uno que solo pierde con Alcaraz. Desde el comienzo de la temporada 2024 acumula un resultado adverso de 1-6 con el español, pero un 109-4 contra el resto del circuito.
El comienzo de Alcaraz fue fulgurante. Su derecha siempre tuvo brillo, pero también veneno. Mordía líneas y dejaba sin respuesta al rival. Entró con tanta soltura como si quisiera resolver la final en el menor tiempo posible. Su juego fue impactante y también impresionante. Rompió el saque de Sinner a la primera de cambio. Mostró una estrategia en la que parecía jugar con un adversario sorprendido por una derecha cruel, mortal, insaciable. Sinner no era el esperado. Alcaraz era otro jugador, fuera de serie, dispuesto a conquistar por segunda vez el torneo que lo catapultó a la cima.
Toma y daca
Sin embargo, mantener ese ritmo no fue posible. El sueño de ser el primer campeón del torneo sin perder un set quedó frustrado en la segunda manga a la hora y 23 minutos. Habría sido un hecho histórico en el US Open. Pero la racha tenía un límite. Alcanzó a sumar 19 sets seguidos. Pero Alcaraz perdió estabilidad en su saque y Sinner entró en el partido, pegando más fuerte y siendo más certero. Había perdido el español la concentración. Y, en cambio, apareció el Sinner que todo el mundo esperaba. Más preciso, más veloz, más de pistas duras.
Pero cuando todo el mundo pensaba que el italiano había subido su nivel y podía ser imparable, resurgió un intratable Alcaraz. Su bajón coincidió con el subidón del español. Cosas del tenis y evidencias de cuando se enfrentan dos números uno. Ninguno da por perdido el punto. Lo luchan hasta el final. No hay defensa. Es ataque contra ataque. Pero ataque puro y violento, a ver quién pega más fuerte y quién hace más daño.
Alcaraz ha derrotado a Sinner en las finales de París y el US Open y ha caído en la de Wimbledon
Los dos, cuando comenzaron el partido, sabían que tenían que darlo en todo en cada punto, nadie podía bajar la guardia porque entonces estaba perdido. Alcaraz recuperó la confianza y volvió al partido imponente. Marcando su territorio. Diciendo «aquí estoy yo, he vuelto para ser el número uno». Y se lució. Pegó con todo, y arrolló a un Sinner que probablemente no entendía nada de lo que le había pasado. Fue un tercer set de una calidad tremenda, en el que cada golpe levantaba al público.
Sinner apareció más vulnerable que nunca en su superficie preferida. Lo que Rafa Nadal fue en las pistas de tierra, todo un rey, él lo es en pistas duras. Suma 65 victorias por solo 4 derrotas, 8 títulos de 12 torneos, y tres de esas cuatro derrotas tenían un nombre: Carlos Alcaraz.
Y el español continuó aplicando la misma estrategia. No tenía por qué cambiar. Le había ido bien hasta ese momento. Luego había que seguir con un saque contundente, los slices y a continuación las dejadas, y si no la derecha destructora, peligrosa y mortífera.
Ganó Alcaraz porque Sinner estuvo lento y sus movimientos fueron regulares, pero especialmente perdió porque la derecha del español funcionó como nunca, tenía peso y llevaba dinamita. También influyó que Sinner nunca encontró su primer saque como en los últimos partidos, en los que no tuvo piedad de sus adversarios.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión