Las lágrimas de Rafa Nadal en las dedicatorias a su familia: de sus abuelas a su tío Toni tras años de distanciamiento

Fue un día con las emociones a flor de piel. Rafa Nadal jamás olvidará el homenaje que le brindó Roland Garros este domingo en París. En la pista Philippe Chatrier, un año después de su despedida, el tenista balear saltó a la pista de tierra batida que tanta gloria le ha dado en su carrera deportiva. Arropado por tres de sus rivales pero grandes amigos -Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray-, el ganador de 22 títulos de Grand Slam no pudo evitar romperse en varias ocasiones, en especial, en el capítulo de agradecimientos a su familia.

El tributo de París al héroe español fue muy emotivo. «No sé por donde empezar», se arrancó en francés el manacorense. Continuó en inglés dando las gracias a todo el equipo de Roland Garros por haberle ayudado a forjar esta «increíble historia». Realizó un recorrido por sus momentos más recordados en París, incluso con muletas, e insistió en los halagos a toda la «gente que trabaja de manera incansable para que este torneo sea tan especial».

Ya en castellano, se refirió a su familia. «Papá, mamá y Maribel. Habéis sido mi mayor inspiración y los pilares de mi vida. Gracias por haberme tratado siempre como un hijo y como un hermano, y no como un tenista de éxito», les transmitía a Sebastián Nadal y Ana María Parera, además de a Maribel Nadal, su hermana, una habitual en la grada. Ninguno pudo evitar las lágrimas.

«Gracias por todos los ejemplos, y valores de esfuerzo, respeto y educación que cada día me habéis inculcado. Y gracias de corazón por haberme dado todo, en todos los sentidos», les dijo con la voz entrecortada. «Nunca podré devolveros lo que hacéis, y lo que habéis hecho, por mí. Os quiero», apostillaba.

La tribuna presidencial de la pista estaba reservada para sus familiares y amigos. No se perdieron el acto de homenaje sus abuelas, de 94 y 92 años. Nadal agradeció que hayan podido estar presentes y aprovechó para recordar a sus abuelos fallecidos: «Les agradezco todo lo que hicieron por mí y les echo de menos», lanzó. Se acordó de todos y todos se vieron desbordados por el momento. Fue uno de los momentos en los que Nadal se mostró más emocionado.

También estuvo su exentrenador y tío Toni Nadal, a quien dedicó unas sentidas palabras. Con él se formó desde niño y se convirtió en el campeón mundial que tantos éxitos ha cosechado. En 2017 tomaron caminos diferentes y esto provocó cierto distanciamiento, que ahora parece ya zanjado.

«Toni, eres la razón por la cual estoy aquí. Has sido el mejor entrenador que jamás hubiera podido tener. Gracias por haber dedicado una gran parte de tu vida a querer estar conmigo: entrenando, hablando, engañando, haciéndome sufrir, haciéndome reír y también llevándome al límite. Lo que hemos vivido no siempre ha sido fácil, pero, sin ninguna duda, ha valido la pena», enfatizó con los ojos vidriosos, al igual que su tío.

Después, llegó la dedicatoria a su mujer Mery Perelló y ahí se produjo una de las anécdotas de la tarde. Nadal confesó haber perdido una hoja que tenía lista, pero improvisó para destacar que su esposa ha sido y es su «mejor compañera de vida». La hizo llorar al confesarle que «este último año y medio ha sido muy complicado, pero más fácil de superar gracias al niño que tienen en común».

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