Carlos Alcaraz, que lo devolvía todo, impartió una cátedra de tenis en Flushing Meadow. EFE

Alcaraz llega pletórico a semifinales

El murciano despliega un juego que parece de otra dimensión, sin fisuras ni debilidades, y desarbola en menos de dos horas al checo Jiri Lehecka

Martes, 2 de septiembre 2025

Carlos Alcaraz definitivamente está en otra dimensión. Su juego es demoledor. No muestra fisuras. Tampoco debilidad. Él aniquila. Destruye al rival mentalmente. Sus golpes son ... prodigiosos e incontestables. Disfruta. Todo ese calvario lo vivió el checo Jiri Lehecka, un buen jugador que la próxima semana aparecerá entre los 16 mejores del mundo, al que ganó por 6-4, 6-2 y 6-4, en 1h56'. Alcaraz volvió a exhibirse para convertirse en el primer tenista en clasificarse para las semifinales del Open de EE UU, donde enfrentará al ganador del Taylor Fritz (4) y Novak Djokovic (7).

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Después de la cátedra de tenis que Jannik Sinner dio en la noche del martes en la que solo perdió tres juegos, había la esperanza de que en los cuartos de final la pista Arthur Ashe de Flushing Meadow ofreciera un encuentro más disputado. El Alcaraz-Lehecka presentaba todos los ingredientes para serlo. Y lo fue. Los dos dieron un gran espectáculo, un match muy disputado, pero en el que la fortaleza y el excelente momento de Alcaraz acabó imponiéndose nuevamente a un adversario que lo dio todo, que presentó armas para plantar una digna pelea e irse al vestuario con la impresión de haber aprendido una buena lección.

El checo ha sido uno de los pocos jugadores que este año ha ganado a Alcaraz. Lo hizo en los cuartos de final de Doha para igualar sus enfrentamientos a una victoria. El español se desquitó sobre la hierba de Queen's, y ayer impuso su buen trabajo en la pista dura de Flushing Meadow.

Alcaraz desarboló a Lehecka desde el primer momento. El checo puede que acusara los nervios de estar ahí en la central y enfrente del número dos y aspirante a ganar su segundo US Open y su sexto Grand Slam. Fue suficiente para Alcaraz romper el servicio de su rival en el primer juego de los dos primeros sets. El entrenador del checo confesó que donde ha trabajado más es en el campo mental y que medirse a los grandes jugadores acabará quitándole el miedo a enfrentarlos: «A todos se les puede ganar», le dice. Pero hoy en día, Alcaraz parece invencible.

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A partir de esos dos momentos, el español desarrolló un juego tranquilo pero preciso, con golpes muy rápidos y localizados. Donde ponía el ojo, ponía la pelota. Igual tiraba largo, que corto, pero en la primera conseguía alejar al adversario para conectar luego su dejada, y en la segunda, si Lehecka llegaba, entonces lo pasaba. Su servicio volvió a estar impecable. Ganó el 84% de los puntos con el primer saque y el 73% con el segundo. No brindó ninguna oportunidad de break, y, en cambio, quebró el de su rival en 4 de 9 ocasiones.

Cuando era atacado, que también lo fue, su defensa era lo más parecido a jugar contra una pared. Lo devolvía todo, ya fuera por tierra o por el aire. Todo de forma natural, su transición para subir a la red o conectar a media pista es absolutamente perfecta.

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Sin miedo

Si en esos partidos de golf que disputa cuando está libre encuentra paz y tranquilidad, Alcaraz no tiene ese golpe que martiriza a los rivales cuando llegan a green. No. El número dos del mundo no tiene miedo a la red, ni al fondo de la pista, ni a sacar de primero o de segundo, o conectar su revés cruzado o paralelo o sacar el latigazo de derecha que 'mata' el punto.

Ayer seguro que le dedicó el triunfo a Sergio García, el gran golfista español que estaba en la pista y con el que dijo jugará mañana: «Es una rutina que está funcionando y habrá que seguir con ella», dijo para después señalar al ganador de dos Masters de Augusta.

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Fue más directo a la pregunta de si pensaba en volver a ser el número uno del mundo, liderazgo que ostentará siempre y cuando gane el torneo. «Es muy difícil no pensar en eso, pero cada vez que entró en la pista prefiero no pensar porque da mucha presión. Salgo a jugar, a lo mío, a cumplir el objetivo en ese partido, y pienso en disfrutar lo máximo posible», dijo.

El español ha llegado a las semifinales con una estadística increíble que dice que es el único jugador que no ha perdido un set en el torneo. Está dejando una marca entre los aficionados que aprecian no solo su juego sino también su sonrisa constante, la idea de que tiene una sensibilidad diferente a la del resto de tenistas. Encuentra paz en el golf donde desconecta del tenis, pasa parte de sus vacaciones en Ibiza y luego cuando hace su trabajo la entrega es total y el disfrute, también.

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