Voltereta en Getaria
El último partido del campeonato de Parejas, disputado el lunes en Getaria, fue un auténtico tiovivo. Urrutikoetxea e Imaz, que se enfrentaron a Altuna III y Mariezkurrena, doblegaron (22-21) a sus oponentes tras remontar un 13-21. Nadie esperaba semejante voltereta. Fue una sorprendente remontada que dejó atónito al mundo pelotazale.
Sin embargo, la historia manista ha estado embadurnada de hechos muy similares. Sucesos que perdurarán en el tiempo. Uno de los más sonados ocurrió el 1 de noviembre de 1964 en en el Beotibar de Tolosa. Jugaban cuatro estrellas de la modalidad, Ogueta y Tapia I contra Barberito I e Hilario Azkarate. La expectación por los cielos y el anuncio en taquilla de 'no hay entradas'.
El día estuvo teñido de una pertinaz neblina que se apelmazó sobre el suelo de la villa. El recinto tolosarra no se libró de la humedad que se impregnó sobre la cancha y las paredes del frontón. Ogueta, en un abrir y cerrar de ojos, se plantó en un 21-4 que para todo el mundo pareció definitivo. Pero los duendes que siempre han deambulado por los frontones pusieron su granito de sorpresa.
El delantero riojano y el zaguero vizcaíno, catapultados por la densa humedad -la pelota adquirió una velocidad de vértigo-, con una tacada de 18 tantos dieron la vuelta a la tortilla: 21-22. Todo el mundo, hasta los propios pelotaris, quedaron perplejos ante la resolución del encuentro. Días más tarde se repitió el partido y ganaron con autoridad el 'ciclón' y su guardaespaldas.
En Getaria se produjó una vez más una de esas sorprendentes volteretas. En el umbral de la victoria, 21-14, Altuna III y Mariezkurrena estaban a punto de tocar con sus manos la gloria. Pero los partidos hay que rematarlos y acabarlos. Urruti, muy motivado y marcando el ritmo del juego, asió con fuerza las riendas del peloteo, y con su variado repertorio rompió las ilusiones de sus contrarios.
El de Zaratamo hizo estragos con los ganchos. Bien ejecutados, trazados a ras de chapa baja del frontis y a pocos milímetros de la raya de la contracancha. Sus paraditas al 'txoko', majestuosas. Girando la cintura, desplazando al ancho a Altuna III y dejando la pelota con una cadencia maravillosa en el rincón. Artista el vizcaíno.
¿Por qué se produjo la debacle? Factores determinantes fueron Mariezkurrena e Imaz. El zaguero navarro, que llegó después de descansar una semana por mal de manos, tuvo una actuación para olvidar. Falló 12 pelotas y no abrió ese hueco en la zona larga que tan acostumbrados nos tiene.
Imaz tuvo dos partes diferenciadas. En la primera se subió al carro de los errores. Le quitó el polvo al colchón con generosidad y su derecha, sin mordiente alguna, no gozaba como mandan los cánones del gran libro de la pelota. Altuna, por su parte, intentó paliar la tormenta que se cernía sobre su cabeza, pero no pudo reaccionar y sufrió uno de esos resultados que escuecen durante un largo tiempo.
