La valentía de Rezusta puede con Bengoetxea VI

Beñat Rezusta está en cuartos del Manomanista por méritos propios. Segundo zaguero que alcanza esta fase de la competición y reivindica que los guardaespaldas también tienen sitio. El de Bergara disputó ayer un duelo muy serio frente a Bengoetxea VI en el frontón Bizkaia y se enfrentará a Elezkano II el viernes en Idiazabal. La valentía del guipuzcoano tuvo su recompensa ante un rival capaz de enredar a cualquiera, pero que tuvo que hincar la rodilla. El de Aspe le desarmó con una actuación brillante en la que tuvo siempre muy claro cómo tenía que jugar, y en la que no se amilanó a la hora de acabar el tanto.

Su gran físico también tuvo una buena parte de culpa. Rápido de piernas, Rezusta no sufrió demasiado en los desplazamientos laterales a los que le forzó su rival y, siendo un zurdo cerrado, supo explotar su derecha a la perfección. Bengoetxea VI comenzó fuerte, pero no logró incomodar a Rezusta más que en la primera parte de la contienda. En la segunda, el que vistió de azul fue de menos a más y tuvo la situación bastante controlada.

El guipuzcoano optó por restar a bote porque con el golpe que atesora podía quitar mucha pelota, pero los tres primeros tantos cayeron del lado colorado. Sin embargo, el zaguero mantuvo sus prestaciones y poco a poco comenzó a recortar la desventaja porque sacó bien y evitó que su rival se llevara el juego a los cuadros alegres. Empató el duelo a cuatro, pero todavía tuvo que pelear porque a estas alturas del choque el navarro mantenía la frescura y volvió a coger aire después de que al de Bergara se le marcharan un par de dejadas a la parte baja del colchón (7-4).

Fue a partir de entonces cuando el guipuzcoano metió la directa. Recuperó el saque tras un error de sotamano de Bengoetxea VI y empezó a mandar en el juego tras aprovechar a la perfección su pegada. Una tacada de siete tantos le sirvió para corroborar sus sensaciones sobre la cancha y ganar en confianza. Sin embargo, no logró desconectar al de Leitza, que jugó su cartas y acortó la diferencia (10-12). Para entonces ya se habían cruzado 154 pelotazos y el cansancio comenzó a pesar en el veterano. Rezusta aprovechó la circunstancia para madurar los tantos y, en el momento que tuvo oportunidad, soltar una dejada o un dos paredes que no tuvieron respuesta. Volvió a abrir un hueco importante que le dio mucho aire, mientras que al navarro se le empezó a acabar. Pero tiró de casta y logró encadenar una pequeña racha que le acercó a cuatro (13-17).

No pudo ir mucho más allá porque Rezusta mantuvo su constancia y la claridad de ideas para que Bengoetxea VI estuviera más pendiente de defender que de otra cosa. Así pegó la estocada definitiva a un partido duro del que sale reforzado.