Sorpresas que da el frontón
En el frontón a lo largo del tiempo se han sucedido hechos asombrosos. Sorpresas que han acontecido en innumerables partidos. Vueltas y revueltas que han terminado en unos desenlaces imprevistos. En todas las modalidades han surgido remontadas que han venido a alterar las previsiones de técnicos y aficionados. Siempre ha sido así, y lo será.
Cuentan que Al Capone ('Cara Cortada'), uno de los gánster más famosos de la historia, recaló en las primeras décadas del siglo XX en Barcelona. Su camarilla le animó a ir a presenciar un partido de cesta punta. Le gustaron las piruetas que llevaban a cabo los pelotaris. Como llevaba arraigado el vicio, apostó. En los tres partidos perdió. Al salir del frontón dijo: «Esto es un juego endemoniado». No le faltaba una pizca de razón.
El caso es que el Parejas de la pasada jornada ha estado rebozado por las sorpresas. Una que ha llamado poderosamente la atención fue el duelo disputado por Olaizola II y Rezusta contra Urrutikoetxea e Imaz. Muskiz fue el escenario. Como claros favoritos, el delantero de Goizueta y su guardaespaldas. En la línea de salida los gurús de las apuestas dijeron a bombo y platillo que la competición está diseñada para Olaizola II.
Pues esta afirmación con el transcurrir de las jornadas se ha demostrado que no es así. Se mueven en la zona templada de la tabla y son vulnerables. De diez partidos jugados, han perdido cinco. El lunes en el frontón vizcaíno los vientos soplaron muy a su favor. Se pusieron en el marcador muy por encima de sus rivales: 18-12. La cosa parecía pan comido.
Sin embargo, hasta el final nadie es dichoso. Los rezagados asentaron su juego y el delantero de Zaratamo sacó a relucir su repertorio, fluido y científico, y le dio la vuelta a la tortilla. Vimos al mejor Urrutikoetxea. Con una zurda larga, marcando unos buenos ganchos, y una derecha rompedora. Estaba inspirado y moviendo la pelota con gran intencionalidad.
El final desembocó en un 21 iguales que maldicen los apostadores y bendicen los mirones. Se disputó el último tanto, muy peloteado y con el cuchillo entre los dientes de los contendientes, con idas y venidas constantes. Aquí surgió la polémica. Hubo una jugada que vamos a intentar aclarar por qué desembocó en una agria contestación por parte de Olaizola, que pidió vuelta.
Tras un largo peloteo, 'Urruti' mandó una cortada a las inmediaciones del cuadro dos. Rezusta estaba alejado del frontis, cubriendo los cuadros traseros. Muy atrás. Mientras que el 'becadero' estaba desplazado en medio de la cancha. Corrió el navarro, las piernas ya le pesaban como plomos. En su desplazamiento chocó con su rival en los cuadros alegres y no pudo llegar a la pelota. Hubo reiteradas peticiones de vuelta.
La verdad es que, en mi opinión, era una misión imposible. Ni que hubiese entrado por la derecha o por la izquierda. No se debe dar nunca vuelta. Pedro Mari Iriondo, el mejor juez que parió el Astelena, solía proclamar: «Vueltas en la cama. Hay que pasar por donde se pueda». Dicho queda.