«Siempre he tenido claro cuál era mi sitio en la pelota»

De hecho, deja el profesionalismo sin espinas clavadas. Iker siempre ha sabido dónde estaba. Lo aprendió desde pequeño. Porque desde los ocho años acompañó a su padre a los frontones «y he visto cómo son las cosas y cómo hay que comportarse», apunta. Sus primeros éxitos llegaron pronto. Fue campeón del Cuatro y Medio de segunda el año de su debut (2005), y uno más tarde conquistó el Campeonato de Parejas de esta categoría, al que hay que añadirle otra txapela en 2010. Luego llegó a ser el cuarto delantero de su empresa durante un par de temporadas y tuvo la oportunidad de medirse a delanteros de la talla de Olaizola II, Berasaluze II, Irujo, Xala o Titín III, y zagueros como Patxi Ruiz o Beloki, entre otros. Además de los títulos cosechados, en su memoria tiene guardados partidos como la victoria con Begino contra el de Ibero y Barriola del Parejas, o la derrota por la mínima ante Olaizola II en las semifinales de la 'jaula' navarra. «Luego llegó un momento en el que la empresa decidió quitarme de los campeonatos, que eran lo que más me gustaban, pero todas las previas que me dieron oportunidad de jugar las gané», señala.

Con el paso del tiempo, a Arretxe II también le tocó desempeñar otro rol dentro de su promotora. «Llegan los jóvenes pisando fuerte y es ley de vida», admite. El navarro ha sido uno de los últimos que ha mantenido la figura, ya prácticamente desaparecida, del veterano que curtía a los recién llegados. Y también estuvo cómodo en este papel. «Pusieran lo que me pusieran estaba contento», subraya. Era igual el rival que tuviera. «Les he mostrado respeto y he intentado ser un buen compañero en la cancha y ayudar. Siempre he tenido claro cuál era mi sitio en la pelota», manifiesta. «Entrenar, jugar y dar el 100% en la cancha» esas son tres de las premisas que han marcado su trayectoria.

Optimista por naturaleza, ha sido un pelotari de empresa. Tiene en su haber jugar ocho encuentros en otros tantos días consecutivos porque su promotora tuvo problemas de lesiones con algunos miembros de la plantilla durante un verano. Reconoce que los 15 años que ha estado de profesional se le han «pasado rápido». Y que si tuviera que olvidar algo de su trayectoria, borraría el pelotazo de Albisu que recibió en la cabeza en 2013, «porque fue algo terrible. Tuve suerte. Hablé con los médicos y me dijeron que igual podía estar en otro lado», rememora.

El pasado viernes fue un día de emociones para Arretxe II, pero ayer ya había cambiado el chip. Toca hacerlo después de dedicarse exclusivamente a este deporte durante tantos años. Quiere tomarse este mes con tranquilidad «porque en la situación que estamos viviendo tampoco está muy alegre la cosa», y en septiembre intentará dar forma a un «par de proyectos que todavía prefiero guardarme». ¿Seguirá jugando a pelota? «Tengo 35 años recién cumplidos y el cuerpo todavía responde, por lo que ya se verá».