Peña II y Zabala jugarán la final del Cuatro y Medio de San Fermín

El Cuatro y Medio de San Fermín tendrá una final inédita. Peña II se medirá a Zabala el lunes en el frontón del espacio multiusos del Navarra Arena por un título que ninguno tiene. El guipuzcoano cayó el año pasado por un tanto en el choque cumbre, mientras que el de Logroño ha sido la revelación de la competición y buscará una nueva sorpresa.

El de Tolosa repetirá choque cumbre tras su trabajada victoria este viernes frente a Artola en el frontón Atano III. El que vistió de azul arrancó como un tiro, pero el calor le pasó factura y vio como su rival se le echaba encima. Sin embargo, mantuvo la cabeza fría y en la segunda parte del choque volvió a reconocerse sobre la cancha. El de Alegia no tuvo un buen arranque, pero consiguió entrar en el encuentro a medida que abrió ángulos y movió mejor a su rival, pero cuando parecía que estaba asentado se vio desbordado por la mejor versión de Peña II.

El vencedor exprimió a la perfección su zurda y metió mucha presión a su oponente. En apenas un centenar de pelotazos consiguió una ventaja importante (4-11) que le puso el duelo de cara. Pero el colorado se recompuso y mandó desde el centro de la cancha para lograr la remontada. Dejó de jugar tan recto y tuvo mucha mayor claridad a la hora de finalizar el tanto. De esta forma logró una tacada de ocho tantos que le puso por delante (12-11). Peña II solicitó su segundo descanso que le valió para romper la racha de su rival.

Poco después sintió un pinchazo en el gemelo que le hizo retirarse al vestuario. Pero regresó bastante más entero y a partir de entonces no dio tregua a su oponente. El de Tolosa incrementó los decibelios de su juego, jugó a tumba abierta y estuvo muy preciso a la hora de colocar la pelota. Consiguió nueve tantos de forma consecutiva que le dieron la victoria (15-22).

La sorpresa saltó en la segunda de las semifinales disputada en el misma cancha. Javier Zabala se llevó por delante a Peio Etxeberria en un partido en el que el riojano sacó punta a su saque, estuvo valiente y las cosas le salieron. El de Logroño se ha reencontrado en una distancia que hasta ahora se le atragantaba. Tenía bastante menor presión, pero supo mantenerse centrado cuando el choque estaba apretado y rompió los esquemas del navarro, que tan solo pudo aguantar hasta el ecuador de la contienda.

Zabala tuvo un mejor inicio, pero el de Zenotz se agarró enseguida al choque a base de insistir y aprovechar sus oportunidades. Fue tras el empate a once cuando el logroñés afiló con su primer golpeo y no tuvo dudas a la hora de ir a buscar la pelota. A medida que abrió hueco ganó en confianza y fue imparable para su rival (13-22).

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