Larrazabal remonta ante Darío y acaricia las semifinales del Manomanista

Temple en un contexto complejo para confirmarse como la gran sorpresa del campeonato. Larrazabal accedió al torneo como ganador del mano a mano del Serie B y en octavos eliminó a Ezkurdia para colarse en la liguilla de cuartos, donde estas dos victorias consecutivas le permiten acariciar ya las semifinales.

El marcador electrónico del frontón de Labastida se apagó con el 12-11 favorable a Darío. La interrupción duró seis minutos y el parón repercutió negativamente en un Iker Larrazabal que acababa de igualar a 10 después de ir seis tantos por detrás en el 10-4. Dos derechazos fuera y un zurdazo que los jueces dieron falta al ver que rozó por lo menos la línea de contracancha aliviaron a Darío, quien aprovechó esas facilidades para poner de nuevo el encuentro a su favor 20-14. Parecía que el de Ezcaray había hecho lo más difícil.

Pero Larrazabal despertó a tiempo y fue en los ocho últimos tantos el mismo pelotari que frente a Jokin Altuna sorprendió a casi todos el pasado domingo en el Astelena. Una dejada al txoko y una dos paredes dieron paso a una sucesión de derechazos que desarbolaron por completo la defensa de Darío.

Tras su triunfo contra Ezkurdia, el de Amurrio reconoció que le había costado procesar la victoria. Tras noquear al campeón en su frontón, la imagen que transmitió fue la que muchos esperaban desde hace tiempo. La potencia con control resulta una combinación ganadora. Y la gran promesa de la pelota alavesa es una realidad.