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Los frontones de mano no son lo que fueron. Esta pelota es otra cosa. Poco consistente. Desvalida. Puede ser que esta semana pasada el Covid 19 y la tromba de agua que descargó sobre Euskadi jugaran un papel determinante y los aficionados optaran por la comodidad del tresillo y visualizar los partidos a través de la televisión. Es lo que uno piensa.
Esta cuarta jornada del Campeonato de Parejas ha sido pobre, muy pobre. Tanto en lo deportivo como en la respuesta del pelotazale. En Zeanuri, un recinto muy acogedor, se dio el pistoletazo de salida. Un coqueto frontón bien cuidado, pero con un diminuto aforo. El señuelo de la Liga de Empresas muy sugestivo. Urrutikoetxea y Aranguren contra Irribarria y Rezusta.
El de Zaratamo llegaba después de llenar de fragancias su anterior intervención. Su zaguero transitando con ese molde lleno de irregularidades. Sus rivales dos zurdos que utilizan como rama disuasoria el trallazo. Con un cestaño explosivo hacen estragos. No digamos que su repertorio este lleno de delicias. Ni mucho menos. Les gusta explorar las losas altas del frontis. Se hicieron con la victoria sin grandes alardes.
En la clásica cita del Labrit se citaron dos parejas de mucha reputación. Los vigentes campeones, Elezkano II y Zabaleta, contra Laso e Imaz. Lo más llamativo fue el aspecto que ofreció la bombonera. En vez de un frontón se asemejó a un árido desierto. Las butacas de cancha semivacías. Los navarros que son fieles a la pelota tomaron las de Villadiego.
El vizcaíno y el gigante de Etxarren, que se acoplan en la cancha como dos siameses, arrollaron a sus oponentes. Zabaleta, que tiene un cañón en su derecha, le abrió la espita rematadora a su compañero que se hartó de rizar el rizo. Me extrañó la conducta de Laso. Perdió el sitio y la compostura. Entrando a pelotas enrevesadas y muy difíciles de embocar.
En el Adarraga, que se oía el rugir del Ebro, hubo menos gente. Se dio un hecho trascendental. Altuna III, que venía de salir a hombros en el Beotibar de Tolosa causó baja por mal de manos. La intendencia suplió tan llamativa ausencia con la intervención de Peio Etxeberria. Junto a Martija hicieron frente a Jaka y Mariezkurrena.
En los prolegómenos mandaron en el marcador Peio y su guardaespaldas. Mariezkurrena ofreció una imagen pobre en los primeros tantos. No acertaba a meter la pelota en el frontis. Una para arriba y otra para abajo. Al final ajustó el punto de mira y llegaron al cartón 22 sin problema alguno.
Se echó el cerrojazo el lunes en Urretxu donde festejan cada año a Santa Lucia. Durante muchos años he asistido a este festival. Para aparcar era una auténtica odisea. Ahora todo ha dado un giro copernicano. Las gradas solitarias. Los tiempos cambian. En el partido cabecera de cartel, Ezkurdia y Tolosa derrotaron con muchos apuros a Peña II, con poca chispa, y un Albisu que soltó unos pelotazos muy largos y vistosos. Y entramos en una nueva entrega.
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