La explosión de Unai Laso no fue flor de un día
Jugará su segunda final consecutiva por «creer» más en su juego y «ganar en confianza», algo que ha sabido transmitir a su compañero Imaz
juan pablo martín
Viernes, 1 de abril 2022, 01:02
Llegar a la final del Cuatro y Medio supuso para Unai Laso sacarse «una espina». Cuatro meses después el delantero navarro está en su segunda final. «Entonces no la gané pero estuve cerca, y te quitas un peso de encima. Vas creyendo que lo puedes conseguir». Así explica el de Bizkarreta-Gerendiain su brillante actuación en el Parejas y su presencia en la final del domingo en el frontón Bizkaia. Pero no son las únicas razones del paso al frente que ha dado desde su regreso al profesionalismo el pasado mes de julio. El trabajo realizado cuando estaba fuera ha sido, a su entender, imprescindible para explicar su gran momento actual. El cambio de preparador y el trabajo en silencio realizado entonces tiene ahora su reflejo para «tener unas piernas más rápidas que me permiten llegar a casi todas las pelotas bastante bien, y contar con una mejor colocación. Tuve otra motivación. Cambias de aires y te vas marcando pequeños objetivos».
Mantener las rutinas
Y visto que le han funcionado, ha mantenido las rutinas para no bajar el pistón. «El trabajo y la constancia son claves, aunque también tiene mucho que ver la confianza. Si llevas una temporada buena juegas más a gusto y relajado».
Laso ha aprendido a no dejar cabos sueltos. Y una vez que supo que el de Oiartzun iba a ser su compañero en esta competición, no tuvo dudas de atajar cualquier obstáculo que se pudiera interponer entre ellos a raíz de la huelga que en su día protagonizó una buena parte de la plantilla de Baiko. «No soy rencoroso. Quiero llevarme bien con todo el mundo. Llevarte mal con una persona solo acarrea darle vueltas a la cabeza. Yo soy así. Hablé con él en su día y ya está». Antes de que se desencadenarán los acontecimientos se llevaban bien, y han vuelto a hacerlo. Es otra de las claves por las que están a un paso de poder lograr la txapela. En los últimos meses de convivencia ha descubierto «que nos lo pasamos bien juntos, y eso es lo que hace falta. Estar contentos. Es necesario arreglarse bien con tu compañero fuera de la cancha porque influye en un porcentaje muy alto en el rendimiento». Cada uno tiene muy claro cuál es su rol. «Imaz no tiene que fallar, y yo tengo que mandar en el juego. Arriesgar más».
«Es necesario llevarse bien con tu compañero fuera de la cancha porque influye en el rendimiento»
Recuperado la ilusión
Su explosión ha llegado acompañada de un número importante de seguidores que le han convertido en el pelotari de moda. Pero tampoco le da demasiada importancia. «Soy un chaval humilde y no quiero que se me suba a la cabeza. Quiero hacer lo que hago siempre porque me está yendo bien y seguir con mi gente». ¿Le han salido muchos nuevos amigos? «No. A esos les veo enseguida». Es consciente de que su juego engancha al aficionado y eso le llena. «Hay gente que me ha dicho que ha recuperado la ilusión y se ha vuelto a enganchar a la pelota. Eso es bonito».
Califica de la misma forma el «pique» que ha surgido entre Altuna III y él «siempre dentro de la cancha». Es la segunda final consecutiva en la que se van a medir, «y eso quiere decir que estamos haciendo las cosas bien. Estoy orgulloso de jugar contra el mejor y plantarle cara».
A diferencia de la del Cuatro y Medio, esta vez le ha tocado preparar la final con un compañero, «y es totalmente diferente». «La presión cambia. Confías en tu pareja y vas más relajado porque, aunque alguno tenga un día malo, siempre lo puedas sacar adelante. Es ese aspecto estoy más tranquilo».
Tiene clara la estrategia para enfrentarse al de Amezketa y Martija. Es la misma que empleó en el ultimo encuentro de semifinales en el que les barrieron de la cancha. «Atrasar y arrimar mucho la pelota y ser valiente a la hora de terminar el tanto. No hay mucho misterio». Pero sabe que la versión de sus rivales esta vez será mucho más sólida por lo que las cosas se pueden complicar. Será entonces cuando habrá que tirar de carácter y poner a prueba la confianza adquirida hasta el momento.