Erkiaga e Ibarluzea defienden su feudo

Tercera txapela para el delantero de Ispaster, que ha ganado todas las ediciones del torneo. Aunque no brilló como en anteriores encuentros, supo estar en su sitio. Dejó algunos tantos de bella factura y consiguió ganar protagonismo cuando hizo falta para que la situación no se les complicara. Su compañero fue el más regular de los cuatro protagonistas. Mantuvo la compostura como ha hecho a lo largo de todo el campeonato y supo estar en su sitio para sujetar el choque.

Laduche y Manci tenían un objetivo muy complicado. Su presencia en el duelo cumbre fue una sorpresa, pero para alcanzar el cajón más alto tenían que rozar la perfección. Lo intentaron, pero tuvieron que rendirse a la evidencia. No compactaron lo suficiente y sus errores les pasaron mucha factura en momentos determinantes. Al vascofrancés tampoco le ayudó que se le rompiera la cesta en las postrimerías del primer juego, cuando se encontraban dos abajo. Aunque después de probar otra decidió seguir con ella, la confianza ya no fue era la misma. El zaguero de Mutriku no fue el muro de otras ocasiones y se le cayeron algunas pelotas que no acostumbra a fallar.

Al partido le faltó brillo. La tensión de ir casi siempre a remolque no dejó que la mejor versión de los azules apareciera más que en contados momentos, mientras que sus rivales se aprovecharon de la circunstancia. Los vizcaínos tuvieron la cabeza más fría. Respondieron a la perfección a cada golpe recibido y pusieron el listón a una altura infranqueable para sus rivales.

En el primer set les costó entrar en juego a los cuatro protagonistas. Las gradas estaban a rebosar y hambrientas de espectáculo, y el repentino aumento de las pulsaciones tras el primer saque les pasó factura. No hubo ritmo ni un peloteo consistente con el que soltar adrenalina. A Laduche le pudieron las prisas, mientras que el de Ispaster, aunque dejó claro desde el primer momento que salía con el cuchillo entre los dientes y arriesgó, no estuvo muy fino.

Así el marcador registró un empate a cuatro que mantuvo la emoción. Los ganadores empezaron a dar síntomas de mejoría a partir de entonces y encadenaron cuatro tantos, aunque Erkiaga siguió reñido con la chapa. Esa diferencia les permitió tomar aire y tener controlados a unos oponentes que con Laduche más asentado dieron una de cal y otra de arena.

La situación se les torció definitivamente en un rebote del vascofrancés que, después de devolver la pelota al frontis tirándose al suelo, golpeó con la punta de la cesta en el piso y se le rompió el aro. Cambió de cesta pero no estaba cómodo, y recuperó la anterior porque todavía podía jugar con ella y las sensaciones eran bastante mejores. El parón, sin embargo, no sentó nada bien a su zaguero y el set se les marchó definitivamente tras un dos paredes de Erkiaga con la derecha (15-10).

En el segundo juego los derrotados presentaron más batalla porque no les quedaba otra, pero terminaron por difuminarse al final. Salieron más puestos, pero el de Ispaster logró contener su ímpetu y responder de inmediato al hambre mostrada por un Laduche más ambicioso. A pesar de todo, los azules llegaron a contar con dos tantos de ventaja (4-6) después de que el vizcaíno mandara su tercera pelota a la chapa.

Sin embargo, volvieron a vivir una situación similar a la del primer juego. No pudieron resistir porque varios fallos en tantos sin prácticamente peloteo hizo que, en pocos minutos, se volvieran a ver por detrás. Les tocó remar contracorriente con la combinación más complicada porque la sombra del de Ispaster es muy alargada y siempre está ahí, mientras que a sus espaldas Ibarluzea siguió serio y sin concesiones. Ni la quinta pasa de Erkiaga, ni que tuviera que retirarse a los vestuarios, cuando el marcador reflejaba un 13-11, al sufrir un pinchazo en la espalda tras soltar la derecha, hizo que el choque cambiara. Tardaron poco en levantar los brazos (15-12).