Compañeros de ikastola, rivales en la cancha
Joxin Aizpuru y Jagoba Labaka se juegan el sábado la txapela del Campeonato de Parejas de remonte en Galarreta
Se conocen desde que eran niños y tienen muchos puntos en común. Compartieron patio en la ikastola Iraurgi de Azpeitia, entrenamientos en el frontón Izarraitz y debutaron como remontistas profesionales el mismo día. El sábado serán rivales en Galarreta en la que será su primera final del Campeonato de Parejas. «Jagoba es un año mayor que yo -29 años por 28-, pero siempre estábamos cerca el uno del otro, en Azpeitia nos conocemos todos. Ha sido mi referencia, íbamos juntos a los frontones y le tengo un cariño especial. Es muy humilde y me ha ayudado en muchas cosas, tanto dentro como fuera del frontón. Seguro que fue mucho mejor estudiante que yo. Yo era un cero a la izquierda», comenta Aizpurua, que lleva el remonte en la sangre.
Su aita, Peio, fue campeón Individual y de Parejas. «Desde que tenía uso de razón ya andaba en casa una cesta pequeñita con la que solía jugar», afirma. «He tenido la suerte de verle jugar al aita muchos partidos. Estuve en el Euskal cuando quedó campeón de Parejas en 1998 con Zeberio II ante Koteto Ezkurra e Imaz. Ganaron 39-40. En la final del Individual que le ganó en 1993 a Agerre solo tenía un año».
Curiosamente, ambos empezaron jugando a mano, en el club Illunpe. «Era zaguero, tenía una zurda bastante mala y duré poco, hasta los catorce años. En cambio, Joxin jugaba muy bien con ambas manos», recuerda Labaka, que tiene vínculos familiares con Erik Jaka, el campeón manomanista. «Yo jugaba de delantero, no se me daba mal, pero tenía poca fuerza. Coincidí con Markel Etxaniz, Andoni Aizpuru y Dani Murgiondo, que eran mayores». Ninguno llegó a disputar el Interpueblos.
Jugó contra Griezmann
Jagoba decidió tomar otro camino y recaló en el fútbol. En el Lagun Onak, como portero, hasta juveniles. «Jugué contra Griezmann en Garmendipe y también en Zubieta. La Real me llamó varias veces para entrenar, pero era pequeñito». Llegó al remonte casi por casualidad, con 16 años. «Un par de amigos que empezaron a jugar bajo la supervisión de Peio Aizpuru me animaron a probar y me gustó, pero no dije nada en casa. Hasta que un día Txetxu Iriarte, que era amigo de los aitas, les dijo que jugaba muy bien y hasta aquí hemos llegado».
Y el destino quiso que también coincidieran en sus inicios en el mundo laboral. «Comencé un curso de cocina y luego pasé a trabajar en una calderería, donde he estado cinco años. Ahora mismo estoy en paro y me dedico únicamente al remonte», apostilla Aizpuru. Por contra, Labaka decidió tomarse más en serio los fogones. «Empecé en la escuela de hostelería Alaia de Zarautz y luego he hecho prácticas en Miramón con José Mari Arbelaitz, un año junto a Juan Mari Arzak y seis meses con Martín Berasategui. Ahora estoy trabajando con los aitas en el hotel Loiola, que antes se llamaba Lizarra».
Joxin Aizpuru desvela que dejó de jugar un tiempo porque tuvo una lesión en el hombro derecho. «Estuve un año parado. Hay días que lo tengo muy bien y otros no tanto». También practica crossfit en un gimnasio en Azpeitia. Para ambos es la primera oportunidad de codearse con la élite del remonte. Aizpuru III es la revelación. «Estoy jugando muy bien, me veo con confianza, pero tengo que darle más velocidad a la pelota. Ansa II y yo hemos llegado imbatidos a la final.A ver si rematamos el trabajo».