Cómo se cocinó la oficialidad de la selección vasca de pelota

La reforma de la ley del deporte que el PNV negoció con el Gobierno de Pedro Sánchez con la modificación del artículo 48.2 fue la que abrió la puerta definitivamente, pero desde la Federación Vasca se llevaba más tiempo en la labor de hacer ver a los países miembros los beneficios que tendría su inclusión. Ayer el PP vasco se mostró muy crítico y habló de «politiqueo».

Lleva años impulsando la presencia internacional de la selección vasca con el objetivo de fortalecer la relación con otras federaciones y que tuviera una mayor visibilidad. Se ha hecho a través de la participación en torneos organizados por organismos como la Confederación Internacional de Pelota a Mano, de la que era miembro porque España no formaba parte de él. Los pelotaris vascos también han acudido a disputar campeonatos a otros países en los que, por su potencial, dieron más prestigio a las competiciones además de intercambiar conocimientos sobre diferentes aspectos del juego.

La ayuda con material a federaciones con menos recursos para que sus pelotaris pudieran entrenarse también ha sido un apartado que no se ha descuidado. Un deporte como la pelota precisa de material y de otras herramientas que no son sencillos de fabricar y tienen un coste que, en ocasiones, es elevado para los practicantes. Euskadi, además, también ha sido una sede en la que deportistas de otros países han recalado para adquirir conocimientos y preparar Mundiales con la ayuda de entrenadores vascos que les han ayudado a evolucionar en el juego.

De esta forma también han sido testigos del importante número de infraestructuras que dispone para la práctica de las diferentes especialidades que podrían ser utilizadas por ellos para la mejora deportiva. Además, les ha servido para comprobar la dimensión que tiene este deporte en los tres territorios con cerca de 200 clubes y 6.200 deportistas, además del seguimiento por parte de los espectadores. Y la organización del Mundial en Bizkaia en 2030 ha sido una apuesta más del impulso internacional que desde Euskadi se quiere dar a la disciplina.

Un trabajo silencioso y de concienciación desde el punto de vista deportivo que ha permitido a la Federación Vasca ir ganando fuerza para lograr que su candidatura a formar parte de la Internacional tuviera una base solida. Han pasado veinte años desde que en el Mundial de San Juan de Luz el entonces presidente, Kiko Caballero, intentó la inclusión de Euskadi y no logró ni que se abordara.

Cuatro tentativas

Posteriormente hubo otras cuatro tentativas que tampoco tuvieron éxito, aunque se dieron algunos avances. La última fue en México el año pasado, una vez aprobada la reforma de la ley del deporte, en una asamblea extraordinaria en la que Francia, México y Argentina presentaron la propuesta para la reforma de los estatutos que podía posibilitar la inclusión de Euskadi. No se llegó a tratar después de que la noche anterior, en una reunión del comité ejecutivo de la Internacional, se consensuó una propuesta a la que se acogieron de forma unánime las federaciones afiliadas, «con el único interés de mantener unida la pelota mundial».

Sin embargo, para entonces el malestar existente entre el máximo mandatario del estamento mundial, Xavier Cazaubon, y el presidente de la Española, Julián García Angulo, contrario a la inclusión de la selección vasca, era evidente, algo que también favoreció a los intereses de Euskadi.

Antes de que se celebrara la reunión, el dirigente de Ciudad Real había sido cesado como secretario general. Tras aquella asamblea el franco-mexicano decidió renovar la mayor parte de la cúpula con la inclusión de caras nuevas como la entonces diputada Lorea Bilbao y varios navarros como los expelotaris Juan Martínez de Irujo, Óscar Lasa, Fernando Goñi y Peio Martínez de Eulate.

El sábado en Pamplona España y Cuba, dos de los países con más peso en la Internacional, no pudieron votar porque Angulo tenia abierto un expediente disciplinario que le inhabilitaba dos meses y el representante que asistió a la asamblea, Jorge López, no formaba parte del órgano directivo de la entidad. Los cubanos también estaban inhabilitados un mes al no asistir a la Liga de Naciones de trinquete para la que se habían inscrito.