El calvario de Danel Elezkano
Pelota ·
El domingo volvió a vestirse de blanco tras 109 días parado por unos dolores en la espalda y el brazo a los que costó encontrar una soluciónSolo una vez había estado tanto tiempo fuera de las canchas y fue por una operación en un dedo del pie. Sin embargo, esta vez ... ha sido bastante diferente. Danel Elezkano volvió el pasado domingo a vestirse de blanco en el frontón Astelena de Eibar tras 109 días de inactividad. Unos dolores en la espalda y en el brazo que le limitaban han sido el calvario del delantero vizcaíno durante más de tres meses. «Ha sido duro porque la otra vez que estuve lesionado tanto tiempo sabía lo que era desde el principio y los plazos de recuperación, algo bastante diferente a lo de ahora», señala.
Jugó su último partido el 26 de diciembre en Tolosa y tuvo que parar. Llevaba tiempo que se le cargaba la espalda, «pero creía que era algo normal e iba al fisioterapeuta», relata. Pero los problemas físicos no desaparecían y cada vez le limitaban más a la hora de agacharse. Luego empezaron los dolores en el brazo. Comenzaron las visitas a los especialistas para tratar de buscar una solución y las vueltas a la cabeza porque encontrarla no fue tan sencillo. «La pelota es mi vida y tenía claro que iba a hacer todo lo que estuviera en mi mano para volver, pero cuando no sabes lo que tienes siempre genera incertidumbre»
El mes de enero y parte del de febrero fueron los peores momentos. Seguía sin conocer lo que tenía, «y lo único que me dejaban hacer era bicicleta estática. Fue lo más duro». Finalmente le diagnosticaron una braquialgia. Aunque se desconoce el origen exacto, supuso un gran alivio para el de Zaratamo. «El trato recibido por parte de los especialistas ha sido muy bueno y sé estoy en buenas manos. Una vez que supe el diagnóstico lo lleve de otra forma» destaca.
Poco a poco
Los tratamientos que le empezaron a aplicar, y con los que sigue hoy en día, dieron resultado. Cada vez se vio capaz de hacer más cosas y pudo recuperar sus rutinas de entrenamiento, aunque no tuviera claro el plazo para regresar. «La mejora en el apartado físico ha sido progresiva porque hasta hace cerca de un mes no podía hacer ejercicios de impacto». Una vez que se vio con fuerzas dio el paso a ejercitarse en el frontón y, finalmente llegó la hora de jugar. «Terminé el primer encuentro con bastante buenas sensaciones a pesar de estar tanto tiempo parado. Mejor de lo que pensaba. Todavía noto la falta de ritmo».
Hoy juega el tercer partido en Azkoitia y el domingo también está programado para Bilbao. «Quiero ir poco a poco porque todavía tengo alguna molestia y algo de miedo por ver cómo voy a responder en dos encuentros tan seguidos», subraya. No quiere mirar a largo plazo. Primero necesita ver cómo avanza la recuperación y todo vuelve a la normalidad. El verano es una época que le gusta porque el número de encuentros en el calendario aumenta, «y estoy con ganas de jugar, pero tengo que seguir con el tratamiento y ganar en confianza», concluye.
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