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Altuna III reina en una final enorme y gana su cuarta txapela del Manomanista
Altuna 22 -Artola 19 ·
Recurre a su versión más clásica para remontar un 15-19 a Artola valiente en el frontón BizkaiaSecciones
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Altuna 22 -Artola 19 ·
Recurre a su versión más clásica para remontar un 15-19 a Artola valiente en el frontón BizkaiaJoJokin Altuna lo volvió a hacer. Retuvo su txapela del Manomanista frente a Iñaki Artola en una final muy exigente en el frontón Bizkaia. El ... de Amezketa tuvo que exprimirse al máximo para doblegar a un rival valiente que vendió muy cara su derrota. Tuvo un 15-19 a favor, pero el de Aspe sacó fuerzas de donde no tenía para recurrir a su versión más clásica, explotar su derecha a la perfección y cargar el juego atrás.
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Cuarta txapela –segunda consecutiva– para el dominador de la especialidad en las últimas temporadas, que esta vez tuvo recursos suficientes para evitar la sorpresa. Doce años después logra dos títulos de forma seguida que le ratifican como uno de los grandes de la historia de la pelota. A sus 29 años, tan solo Retegui II (11), Azkarate (6), Retegui I (6) y Martínez de Irujo (5) tienen más entorchados que él. Pero el guipuzcoano tiene todavía cuerda para rato y está por ver hasta dónde es capaz de llegar.
La de ayer fue una final de vértigo y a ninguno de los dos protagonistas les dio pánico las alturas. Por eso los 2.927 espectadores que casi llenaron las granas del recinto vizcaíno pudieron vivir una final de las grandes que les dejó satisfechos. Resulta complicado que en esta modalidad salgan encuentros de este calibre y menos en un choque cumbre donde entran en juego otros factores. Pero Altuna III y Artola dieron espectáculo –cada uno con sus armas– en un partido en el que primó la eficacia y cometieron pocos errores.
Ganó el favorito, pero una vez más quedó demostrado que los momios que se cantaron de salida –100 a 60 colorado, 40 a 100 por abajo– no hicieron justicia. El de Amezketa terminó vacío, pero consiguió revolverse en el momento justo para amargar la tarde a Artola. Tiró de orgullo y de recursos cuando el enfrentamiento comenzaba a decantarse hacia el lado del aspirante. Pero tener un rival enfrente como el de Aspe exige rozar la perfección por lo que impone. Y a Altuna III los detalles volvieron a favorecerle cuando más le hacía falta. Parecía que estaba con el agua al cuello pero es de los contados delanteros al que si no se le ahoga, renace. En un encuentro muy duro en el que la diferencia de físico parecía beneficiar a Artola, Altuna III hizo lo más complicado.
Tiene una cabeza privilegiada y no se rinde nunca. Tampoco lo hizo después de tener el choque de cara tras un arranque espectacular y ver cómo todo su empeño se iba al traste. Porque el que vistió de colorado comenzó como un tiro con la idea de que su rival se viniera abajo en los primeros compases y tener la situación controlada.
Sacó bien, aprovechó a la perfección el segundo pelotazo y se inventó un par de dejadas con la derecha a la punta, una a pies parados y otra reculando, de las que dejan bastante aturdido al adversario.
Artola tuvo que pedir dos descansos para el 7-2 porque apenas había pasado a dominar durante este tramo de la contienda y quería evitar una mayor sangría. El panorama tampoco cambió para él porque encima añadió un par de errores a su hoja de servicios, que en 99 pelotazos le pusieron con un 10-3 en contra.
El de Alegia no se vino abajo. Era la primera final que jugaba después de que aquella lesión muscular le impidiera disputar la de 2021 y quería mostrar la evolución que ha tenido desde entonces. No tenía presión. Menos con un marcador tan poco prometedor. Apretó los dientes y una escapada con la derecha que murió encima de la chapa le dio la oportunidad de hacerlo.
Recuperó el saque y se lanzó a tumba abierta. Comenzó a encadenar tantos uno detrás de otro porque un buen saque le valió para comenzar a dominar y, además de hacerlo, enseguida dio un paso al frente para finalizar. Altuna comenzó a sentir el aliento en el cuello. No podía más que defenderse de los zarpazos de su oponente y tampoco estuvo acertado a la hora de meter bien la mano a la pelota, lo que facilitó las cosas a su oponente.
El partido cambió de dinámica y de color. El de Alegia se volvió muy peligroso de repente. Le salía casi todo. Y cuando el colorado recuperó el saque no fue capaz de encadenar más que un par de tantos seguidos. De esta forma, la emoción comenzó a ganar enteros. Una tacada de nueve le permitió ponerse por primera vez por delante en el marcador (10-11) y consiguió mantener el viento de cara hasta el 15-19. Para entonces, las fuerzas de ambos estaban bastante justas.
Altuna III tuvo que recibir un masaje del médico de Aspe José Mari Urrutia en el descanso que pidió su rival con el 16-19 en el marcador. Él ya los había agotado todos. Pero se mueve como nadie en las situaciones límite. Había recuperado el saque tras un dos paredes de volea y sabía que era su momento. Se convirtió en un vendaval. Cuando muchos esperaban que buscara enredar en los cuadros alegres, ganó a Artola con su propia medicina. Sacó a pasear su diestra y obligó a su rival a estar muy lejos del frontis, que hasta entonces era donde mejor se había desenvuelto. No le dio opción alguna de atacar. Insistió una y otra vez hasta que el aspirante tuvo que rendirse a la evidencia..
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