Joseba Iraola alcanza el ecuador del Europeo de Montaña en tercera plaza

Tras conseguir por primera vez la victoria en la máxima categoría de la competición en la Subida al Fito, el vizcaíno afrontó con una inyección de moral muy importante la cita checa de Sternberk en la que concluyó en segunda posición. En un trazado de ocho kilómetros bastante rápido, en el que ya había corrido con anterioridad y conocía a la perfección, tan solo cedió un segundo en el cómputo global con respecto al italiano Christian Merli (Nova Proto NP01). «Terminé contento y con buenas sensaciones porque conseguí ir fuerte durante todo el trazado», manifestó el piloto de Balmaseda.

Sin pasar por casa, Iraola se desplazó a Italia para correr la espectacular Trento Bondone por primera vez la semana pasada. La cita cuenta con 17,3 kilómetros que trató de memorizar desde el martes con un vehículo alquilado. «Estuve muchas horas al día para conseguirlo, pero no fueron suficientes». La gran inscripción de la prueba –con más de 300 pilotos– hizo que contara con dos mangas de entrenamiento el sábado y una única oficial el domingo. Todo a una baza.

En el trazado más largo de la temporada, Iraola se encontró con problemas en el sistema de frenos convencional ventilado que monta su barqueta. «Desde la mitad de la carrera prácticamente me quede sin ellos», destacó. Como consecuencia de ello, terminó en cuarta posición a más de dos segundos del francés Sebastien Petit (Nova Proto NP01), que copó el último cajón del podio.

Para la segunda parte de la temporada, el de Balmaseda espera la llegada de su nueva barqueta Nova Proto NP01 similar a la del galo, uno de sus principales rivales en la competición. Le gustaría tener oportunidad de probarla a principios de julio en la Subida a Alp, que se disputa en el Pirineo catalán y es valedera para la Copa de España. El día 18 se desplazará hasta la cita de Colina Limanova, en Polonia, para correr la séptima cita del Europeo.

El piloto vizcaíno ha llegado a un acuerdo con la escudería de Renzo Napione y Fausto Bormolini, dos experimentados pilotos italianos, para que se encarguen de la logística de su barqueta de forma que él pueda centrarse solo en pilotar. «La diferencia es notable. A partir de ahora ganaré en tranquilidad porque ellos cuentan con experiencia en este apartado además de ahorrarme muchos kilómetros en coche porque algunos desplazamientos los podremos realizar en avión», manifestó el vizcaíno.