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Fernando Alonso, durante la carrera del GP de Emilia-Romaña. EP
GP de Emilia-Romaña

Alonso se topa con su peor enemigo, la mala suerte

Un inoportuno coche de seguridad marra su primera gran opción de puntos esta temporada y Verstappen le gana la partida a Norris y Piastri

David Sánchez de Castro

Domingo, 18 de mayo 2025, 14:56

La Fórmula 1 es un deporte en el que la suerte no siempre acompaña a los audaces, porque en la carrera del GP de Emilia-Romaña estaba todo de cara para que el 0 que luce en el casillero de Fernando Alonso se esfumase, pero un coche de seguridad en el peor momento posible le mandó lejos de la zona de puntos. El undécimo puesto del piloto español de adelante hacia atrás, cuando salió quinto en la parrilla, es la confirmación de que las novedades en Aston Martin funcionan, o al menos funcionaron, en Imola, pero no fue suficiente. Otra carrera, otro cero.

En el caso de Carlos Sainz, en una carrera de más a menos y cuya estrategia no estuvo del todo acertada, entró en meta octavo, cerca de George Russell pero pero no por delante del británico, y conformándose de nuevo con sumar menos que su compañero. Por delante no hubo mayores novedades que lo ya evidente. Max Verstappen sumó otra victoria frente a los McLaren, con Lando Norris esta vez por delante de Oscar Piastri, que sufrió en una carrera complicada para todos y especialmente para él en la zona alta.

El primer objetivo de la salida era resistir, y Fernando Alonso lo hizo. No era fácil, como le demostraron los pilotos que arrancaron por delante y, en concreto, Oscar Piastri, que claudicó ante Max Verstappen, quien, como casi siempre, forzó justo sobre el exterior de la curva para ganarle el primer puesto. El tetracampeón del mundo no está dispuesto a entregar la cuchara, incluso aunque se vea por detrás de los McLaren en rendimiento puro.

El primer escollo para Alonso se superó sin problemas. Aguantó bien los envites de los Williams, enzarzados entre sí, para resistir en la quinta posición. La lucha por delante entre Lando Norris y George Russell le dio alas para poder asentarse en ese 'top 5', hasta que llegaron las primeras -y relativamente inesperadas- paradas en boxes. Lo difícil para leer el rendimiento de los neumáticos el fin de semana marcó también las estrategias de este domingo, toda vez que varios pilotos lo pagaron por una mala decisión.

Fue el caso de Piastri. El líder del Mundial se vio segundo y con serias dudas de que su rendimiento le permitiera ganarle el liderato a Verstappen, así que en McLaren decidieron hacerle entrar para montar unos duros que, hipotéticamente, le iban a dar una ventaja a final de carrera.

Las luchas arriba propiciaron no solo que en estas circunstancias no hubiera posibilidad de predecir un resultado claro, pero lo que no se esperaba era el incidente de Esteban Ocon que hizo desplegar un coche de seguridad virtual. El francés se quedó tirado con su Haas, que ya llevaba renqueando desde la salida, y provocó una esperada ventana de oportunidad para todos los pilotos.

El problema para Alonso, y para otros, es que no todos decidieron entrar en el mismo momento. Por ejemplo, Charles Leclerc fue víctima por enésima ocasión de las vicisitudes que rodean a los estrategas de Ferrari, incluida una queja por radio, algo similar a lo que le ocurrió a su compañero Lewis Hamilton… y a Aston Martin. Porque esta carrera se les puso en contra, de forma totalmente inesperada y con cierta mala suerte.

El abandono de Antonelli, clave

Andrea Kimi Antonelli, el jovial adolescente italiano que disputaba su primera carrera en casa -literalmente, ya que su hogar está a pocos kilómetros de Imola-, se quedó tirado cuando rondaba media carrera por una avería en el acelerador. El Mercedes se quedó en una zona peligrosa, por lo que los comisarios decidieron hacer salir a Bernd Maylander con el coche de seguridad, con tan mala suerte que pilló a los Aston Martin en el peor momento. Justo acababan de pasar por la línea de boxes, lo que a la postre les destrozó sus opciones. El propio Alonso no se lo podía creer. «Esto va a ser una tortura. Es un desastre. ¡Soy el piloto con peor suerte del puto mundo!», estallaba el asturiano por la radio.

Así, durante algo más de diez vueltas, de manera un tanto excesiva, el coche de seguridad comandaba el pelotón seguido por Max Verstappen, que encarriló una nueva victoria este año mientras por detrás saltaban chispas -educadas y 'sotto voce'- entre los pilotos de McLaren. Norris pidió pero no exigió que le dejaran pasar a Piastri, que opuso la resistencia justa para enseñarle los dientes y demostrarle que no le va a poner las cosas fáciles.

En ese maremagnum, entre los que obtuvieron rédito estuvo Lewis Hamilton, que tuvo una carrera un tanto complicada pero de la que salió victorioso. En buena medida se vio beneficiado por la lucha que tuvo Alexander Albon con Charles Leclerc, cuya defensa hizo que el anglotailandés de Williams acabase saliéndose de pista… con Hamilton pescando un cuarto puesto que le sabe a oro visto lo visto. Especialmente porque en la batalla entre Albon y Leclerc fue el primero quien le ganó la posición. Por delante, la victoria de Verstappen con Norris y Piastri acompañándole en el podio permite al neerlandés asentarse como el primer perseguidor de los McLaren, que mantienen el actual 'statu quo'.

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