El Supremo acerca a Bermeo la Bandera de La Concha de 2018

Estos tres órganos habían rechazado los reclamaciones de la entidad costera por haber sido relegada a la última plaza de la general con el peor tiempo de los conseguidos por todas las embarcaciones en el primer asalto de la cita cumbre de la temporada. De no haberse aplicado la sanción, la 'Bou Bizkaia' hubiera terminado primera en el cómputo de tiempos de ambos domingos. Finalmente, La Concha de 2018 acabó en las vitrinas de Hondarribia por una exigua renta de 90 centésimas sobre Zierbena.

Los cinco magistrados del Supremo, presididos por César Tolosa Tribiño, basan la desestimación del recurso en el «incumplimiento de las exigencias legales establecidas» y por «falta de fundamentación suficiente de que concurren algunos de los supuestos que permiten apreciar el interés casacional y la conveniencia de un pronunciamiento». Además, fijan el pago de las costas procesales al Consistorio donostiarra.

Sin embargo, aunque la decisión es firme, al Ayuntamiento aún le queda una última bala en la recámara, ya que también recurrió el fallo ante la sala especial del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Este órgano se encontraba a la espera de conocer la decisión del Supremo para poner en marcha el proceso.

«Hay que ser prudentes porque todavía esto no ha terminado del todo, pero lógicamente estamos muy contentos porque es la segunda vez que nos dan la razón y se confirma que el castigo fue injusto y no abordamos a nadie», apuntaron ayer desde la junta directiva de Urdaibai. De hecho, el TSJPV, tras revisar los vídeos y la prueba pericial basada en datos oficiales del GPS de la organización que aportó Urdaibai como había hecho antes ante el Comité de Competición, determinó en su resolución de 2020 que se produjo «una gravísima equivocación» por parte de los árbitros dando por buenos todos los argumentos de fondo plateados por los 'txos'.

De hecho, aunque el acta de la regata reflejaba que «el árbitro de mar indicó a la 'Bou Bizkaia' que se fuera a babor y, al no obedecer, se produjo el choque de remos», los magistrados del alto tribunal consideraron que los bermeotarras «seguían con su trayectoria lineal en la calle cuatro, en tanto que Zierbena, en la cinco, emprendió una maniobra de giro, perfectamente apreciable, en clara trayectoria de colisión» lo que genera, «cuando menos, una duda razonable sobre el causante de la misma».

Asimismo, en su argumentación apuntaban que en la regata había dos árbitros de mar, uno ubicado en la calle cinco, la más próxima al lugar del incidente, «que no realizó ninguna indicación», y otro situado a la altura de la baliza tres, «que es el que hace las señales y no se encuentra en la línea visual de la trainera de Bermeo», concluyeron.