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Rahm notó que el inglés Justin Rose tiraba de la cuerda y aceptó el reto EFE

Rahm saca petróleo de su ambición y talento

Firme candidato a la victoria, le aguanta el tirón al líder, un genial Justin Rose que sólo pudo sacarle un golpe

J.M.CORTIZAS

Enviado especial. Dubái

Sábado, 18 de noviembre 2017, 15:45

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Partido en la cumbre, aunque aquí sería más apropiado adecuarlo a la duna más alta que recorta el firmamento. Justin Rose, campeón olímpico, jugador más en forma del momento (viene de ganar dos torneos seguidos en China y Turquía) versus Jon Rahm, a punto de cerrar su primer año completo como profesional entre los cinco mejores en el golf americano y como tercer europeo, amén de su quinto lugar en el ranking mundial. No podía defraudar este emparejamiento.

Y no lo hizo. Rose llegó fresco al tee del 1 y a Rahm le avisó el despertador. Es lo que suelen decir los jugadores amateur cuando les pilla el toro en la puesta en marcha. Ambos acabaron en el búnquer, pero el inglés se rehizo para firmar un birdie al que se irían añadiendo seis más, y el vizcaíno pagó un golpe de tributo, que sería el único del día.

Jugaba como visitante, quedó claro con la tremenda fidelidad del mayoritario público sajón. Pero los «¡Aúpa Jon!» fueron nutriente suficiente para no sentirse desplazado. Mutó en un convoy que avanzaba sin frenos por el Jumeirah Golf Estates. Ya dispuso de un putt de birdie en el 2. Fue un aviso. El 3, la confirmación. Convirtió su madera en un misil, sacó más de 40 metros a Rose, que no la había pegado mal, y al ritmo del approach y putt, comenzó la extracción. Iba a dejar sin petróleo el campo.

El siguiente barril lo llenó en el 8. Segundo golpazo de videoteca. Bola dada. Para qué parar. Rose le iba marcando el camino, poniéndole deberes, y Rahm, aplicado él, se los quitaba de encima con la aparente facilidad del empollón que se queda con la lección leyendo en diagonal. Tenía una deuda pendiente con los pares 3 y se cobró el primer plazo. Green y putt de unos cuatro metros en la sexta etapa del camino. Por fin caía un hoyo corto. Y al siguiente ya le había levantado sendos birdies el jueves y viernes. Esta vez se le resistió por un globo que interpreta como pocos cuando al resto de jugadores el cuerpo les pide una bola rodada.

No es infalible. Si lo fuera seguro que se aburriría, no reconocería como hizo, tras charlar con EL CORREO al cierre de la jornada, que «en partidos así, con estos rivales te lo pasas de muerte jugando, es lo máximo». Ese respiro que se tomó le sirvió para cerrar el primer tramo desaforado. El putter era un aliado a su causa y con él remataba su excelente juego de tee a green. Más birdies en el 8 y 9.

Tiempo en el trayecto para sacar una foto del tablón de resultados y alertar a las redes sociales de que algo suculento se cocía en Dubai. Rose, Fitzpatrick, Suri, Rahm, líderes con -11. Y llegaba un tramo en el que el de Barrika había concentrado el doble de marcas rojas en los días precedentes. Si a veces hay motivos para soñar, este lo era de manual. Nació un tramo en el que el oropel dio paso a una eficacia con la que también se ganan torneos.

Vídeo. Así ha sido la salida de Rahm en la jornda de hoy sábado J. M. Cortizas

Una visita al rough le calmó los ánimos en el 10. En el 11 un putt de birdie se quedó colgado del balcón. El juego era más que correcto, pero el saldo se detuvo al tiempo que Justin Rose creció lo indecible. Llega enchufado al final del curso tras sus triunfos en China y Turquía y se mide en un mano a mano con Tommy Fleetwood para ganar el Circuito Europeo. Concentró en los hoyos 12 al 14 un Master de bordado, un seminario sobre la exquisitez. Tres birdies encadenados que dejaban al de Barrika a tres golpes.

Pero nada como tener un gallo tan resolutivo en el mismo corral. El éxito ajeno retroalimentó al vizcaíno en una ya enconada lucha entre ‘JR’, iniciales que comparten y recuerdan a viejas sagas televisivas. El licenciado en Arizona State se apretó las tuercas. Imaginen la situación. Hoyo 15, un par 4 de 339 metros con un tejido de trampas de arena protegiendo la bandera. ¿Su decisión? Llegar a green desde la salida. Apuntó claramente a trapo y si se quedó la bola varada en el rough tras golpear en un cartel fue por una demora de medio grado.

A la espera del desenlace

Ambición y talento tienen estas cosas y merecen premio. Delineó el approach y acertó con el putt. Otra vez sonaba esa pegadiza melodía y Rose y Rahm se enzarzaban en una sublime pelea. Doble birdie al 16. Se chocan los puños. Se lo están pasando de cine. Se le escapa al vizcaíno otra muesca en la llegada a la isla del 17, pero no perdona en la clausura. Motivación extra al ver que el inglés se quedaba corto en el segundo golpe y acababa en el agua. Jon, a lo suyo. El birdie al 18 está en la carta y funciona.

Camino de la entrega de tarjetas, la instantánea muestra a dos rivales agradecidos. Nada como estimular, como tirar de la cuerda para provocar reacciones. Hizo todo lo posible Rose, pero Rahm se quedó pegado a su rebufo, a un golpe que fue lo máximo que consiguió para partir hoy desde la pole de una carrera igualada en la que Fleetwood será otro aspirante al éxito final.

La clasificación

15 golpes bajo par 14 bajo par -14 -13
Justin Rose Jon Rahm Dylan Frittelli Kirad. Aphibarnrat; Tommy Fleetwood y Dean Burmester

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