El campeón vasco de natación que rescata emigrantes en Lampedusa y El Hierro y ahora quiere ayudar en Gaza
Humanidad ·
«Soy un deportista de la selección comprometido con los Derechos Humanos, la situación es insostenible», dice Edu Blasco, bilbaíno de adopciónLa crisis migratoria que experimenta Europa está llena de sueños rotos, de historias que ponen la piel de gallina. Gente que lo deja todo y ... llega a buen puerto y otras personas que se quedan en la orilla para engrosar una cifra que ridiculiza al mundo. Este drama también lo protagonizan aquellos que deciden dedicar su tiempo en arriesgar su vida para salvar otras. El campeón del mundo en Salvamento y Socorrismo Edu Blasco, donostiarra de nacimiento y bilbaíno de adopción, es uno de ellos. El nadador ha colaborado en varias operaciones de rescate desde verano al día de hoy tanto en la isla italiana de Lampedusa, donde cerca de 30.000 personas han fallecido en la última década, como en El Hierro, que este año ha batido récords de llegada de inmigrantes. «Hay que solucionar esto porque es insostenible», dice con inquietud.
Blasco atiende por teléfono a EL CORREO desde Fuerteventura, donde tiene fijada su residencia desde la pandemia, periodo hasta el que vivió en Bilbao. Lo hace después de entrenar con la mirada puesta en el mundial que se celebra el próximo agosto en Australia. Cuando descansa, normalmente cada diez días, se desplaza a El Hierro, donde de manera altruista rescata a la infinidad de migrantes que cada semana llegan a la costa canaria. «Estamos bastante preocupados, aquí no hay ninguna ONG». Sí que las hay en Lampedusa, la turística isla italiana enclavada entre Túnez y Malta. Con una de las más conocidas, Open Arms, colaboró este verano.
El poseedor de 64 medallas en campeonatos de España participó en tres labores de rescate con el barco del carismático Óscar Camps. «Fue una experiencia brutal y terrible al mismo tiempo. Una con personas que provenían de África Central, otra embarcación venía de Bangladesh y una tercera de Siria», enumera. En total, «196 supervivientes». Una de ellas, recuerda, «fue a las cuatro de la mañana». Su experiencia en alta mar, llegaron a estar quince días «sin ver puerto», le ha marcado: «Las misiones de rescate son terribles, se viven situaciones de riesgo real». Tiene infinidad de historias que contar, como cuando intentó tirarse al agua para buscar el móvil satélite de una mafia. «Nosotros los buscamos porque nos encantaría fiscalizarles. Quien dirige la patera siempre lleva un móvil».
«Soy un deportista de la selección comprometido con los Derechos Humanos, la situación es insostenible»
Con la mente en Gaza
El vasco relata este episodio para responder a aquellos que piensan que los barcos de rescate y sus socorristas pertenecen a una propia mafia y consideran que forman parte de un tráfico de personas. «Relacionarme con una mafia es mezclar la velocidad con el tocino. Soy un deportista de la selección española comprometido con los Derechos Humanos, que no tiene nada que ver con una mafia», explica. Reconoce que «hay gente que se aprovecha con las desgracias del ser humano. A veces está involucrado el propio Estado». Por sus manos han pasado personas «que no tienen nada que ver en cultura, idioma o color de piel. Decir que todos vienen del mismo sitio es de una ignorancia supina. El abanico de situaciones es muy diverso», lamenta desde su posición.
Ahora planea una misión en Gaza, convertida de nuevo en el epicentro de las migraciones desde que el 7 de octubre los ataques de Hamás provocaran la respuesta más atroz por parte de Israel en la historia del conflicto. El éxodo supera el millón de personas. Se trata de «una iniciativa de personas que queremos intentar echar una mano porque sabemos que habrá salidas por mar». Sabedor de que en estos momentos es imposible acercarse a una Franja controlada por tierra, mar y aire por el Ejército, en cuanto pueda no dudará en tirarse de nuevo al Mediterráneo para seguir salvando vidas. Es su razón de ser. «Queremos tener la tripulación lista para el momento en que se pueda salir».
Para Blasco los rescates son su mejor título. Campeón del mundo, de Europa y octomedallista con la selección española, su siguiente reto a nivel deportivo es el mundial que acogerá en agosto la ciudad australiana de Gold Coast, al sur de Brisbane. «Tengo hasta mayo para hacer la marca». En el horizonte aparecen los World Games. China acogerá en 2025 una competición que vienen a ser los Juegos de los deportes que no entran en las Olimpiadas, como es el Salvamiento y Socorrismo. Con un calendario de lo más cargado, Blasco tiene tiempo para lanzarse al mar y aportar su grano de arena en esta barbarie.
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