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José Manuel Cortizas
Martes, 14 de agosto 2018, 01:39
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Tardó más de la cuenta en atender a los medios. Y bastante aplomo tuvo para hacerlo. En cuanto llegó a entregar su tarjeta su manager, Jeff Koski, le cogió por la cintura y le habló al oído. Le dijo que debía comunicarse de inmediato con su casa en Barrika. Lo hizo y su aita le informó de la muerte de su abuelo paterno. Necesitó ese tiempo para recuperar el ánimo y hablar del torneo, lo que cualquiera no habría hecho. Sus ojos húmedos delataban la tristeza por una pérdida muy especial para él.
Cogió aire y arrancó con su valoración del PGA Championship. «La tónica ha sido que no me he dado muchas oportunidades de birdie. Las he dejado en green, pero a distancias complicadas en este campo. En los de dos metros y así estaba cómodo». Salió con todo, enfundado en el rojo de los domingos que nunca cambia y decidido a minimizar la ventaja de Koepka, aunque contaba con que el pegador de Florida no daría facilidades. «Hay que pensar que ha llegado a -16 y yo tendría que haber hecho un -7, 63 golpes, la segunda vuelta más baja de la historia en un 'Grande' y la más baja de un PGA, todo un hito para poder empatarle. He luchado lo máximo posible para poder llegar a lo más alto y estoy orgulloso de cómo he manejado esta semana, intentando mantener todo bajo control. Y acabar con un birdie siempre viene bien para la autoestima».
El cuarto puesto en Bellerive iguala su mejor clasificación en un 'Major' lograda en el Masters de este curso. «Éste ha sido mejor final que el de Augusta». Y analiza su año en las cuatro citas de oro. «Cuatro 'Grandes' y dos Top 4. El British no lo cuento porque hubo causas ajenas que no me dejaron jugar bien y luego el US Open. Digamos que de tres, dos muy buenos y mejorando la cosa».
Aquella prisa que parecía presionarlo en exceso el pasado año, cuando hablaba de los mejores de la historia y la precocidad de sus primeros grandes resultados, ya no suena igual. Lleva diez 'Majors' jugados -un US Open cuando era amateur- y ya ha tenido dos citas con los favoritos. «No me va entrar el pánico en este sentido para nada porque hay mucha gente que ha tenido que jugar muchos grandes antes de ganar el primero. Y, gracias a Dios, si todo va bien podré jugar a este deporte muchos años y alguna opción de ganar algún domingo tendré».
Pese al trance por la desgracia familiar, reconoció que se lo pasó bien con el público y sus reacciones ante la resurrección de Tiger Woods. «Ha sido muy divertido verlo y me ha emocionado. No pensaba que fuese a vivir algo como lo que he vivido hoy (por el domingo), con un gran par de Tiger al 1 y luego birdies al 2 y al 3, con los gritos de la gente y lo que ha pasado en el 12, cuando Gary Woodland ha roto un hoyo y luego ha hecho birdie-birdie. Son cosas que pensaba no iba a vivir y ha sido muy divertido. Ojalá pudiese haber hecho algo para que el público me animase un poco más a mí, pero los birdies han llegado tarde». Fue su único lamento.
Y cerró como empezó, analizándose desde la nueva perspectiva de un jugador más centrado y poderoso. «Me ha costado hacer birdies. Aún hay que encontrar un poco el equilibrio, la medicina para hacer las dos cosas, que tenga mi rabia, pero bajo control. Este es un buen comienzo. Al final es un cuarto puesto en un 'Grande' y estoy muy orgulloso de lo que he hecho».
Clasificado virtualmente para la Ryder Cup, ha recuperado su quinta plaza en el ranking mundial y ha subido tres puestos en la FedEx Cup para colocarse 13º. Disputará las cuatro citas de los play-off del Circuito Americano, enlazando la gran final del Tour Championship Atlanta entre los 30 mejores clasificados y su viaje a París para estrenarse en el equipo europeo de la Ryder.
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