Muere el periodista que sobrevivió a la tragedia del Chapecoense
Rafael Henzel, que fue invitado por el Athletic a la presentación del documental 'Nossa Chape' en Bilbao, falleció ayer de un infarto cuando jugaba al fútbol con unos amigos
«Recuerdo todos los momentos de aquel vuelo, los de dentro del avión, los del cerro después del accidente», declaró el periodista brasileño Rafael Henzel a EL CORREO, en referencia al accidente aéreo ocurrido el 28 de noviembre de 2016 en Medellín. Una tragedia en la que él fue uno de los seis supervivientes y en la que murió la mayor parte de los jugadores, directivos e informadores de la expedición del club de fútbol Chapecoense. En total fueron 71 fallecidos de los 77 ocupantes del avión, que viajaba a la final de la Copa Sudamérica. A Henzel lo salvó entonces un milagro que ha durado algo más de dos años. Porque este veterano cronista radiofónico que no dejaba sin cantar ningún gol del Chapecoense, murió ayer en el hospital regional de Chapecó (la ciudad donde está radicado el club) tras haber sufrido un infarto cuando jugaba un partido de fútbol con unos amigos.
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Henzel, periodista de la emisora Oeste Capital, había hablado con los medios de comunicación bilbaínos este mismo mes al ser invitado por la Fundación Athletic a la presentación del documental 'Nossa Chape', de los hermanos Michael y Jeff Zimbalist, y Julián Duque. Era el título que abría el festival 'Thinking Football' en la sala BBK (del 18 al 22 de marzo pasados) y narraba cómo el club brasileño se recompuso en un tiempo récord. Un proceso que Henzel, que aparece fugazmente en el documental, vivió directamente. «Esta es una historia de dolor y de superación, y de reconstrucción», contó el periodista. «De alegría por haber vuelto a vivir para relatarlo en los estadios de Brasil y por América, rindiendo homenaje a quienes se fueron».
Antes y después de la tragedia
El superviviente de la tragedia de Medellín explicó cómo desde el primer momento se propuso seguir su vida igual que antes de subirse a aquel avión, que se estrelló en un cerro al haberse quedado sin combustible porque el piloto no repostó. Henzel en absoluto quería esperar a que la suerte le concediera otra oportunidad. ««Ya tuve la primera, al nacer; la segunda al 'renacer' (al seguir vivo tras la tragedia de Medellín) y ahora... Quiero vivir. Siete días después del accidente me dije que haría las mismas cosas que pensaba hacer el 28 de noviembre. Doy gracias a Dios porque soy la misma persona que entonces».
A esa misma persona, enamorada del fútbol, y que en su paso por Bilbao disfrutó saludando a la plantilla del Athletic y asistiendo a su victoria sobre el Atlético en San Mamés (el pasado 16 de marzo), el destino le ha robado ahora la vida que le regaló en 2016 entre los restos de un avión. Casado y con un hijo, Henzel se reconstruyó igual que el club de sus amores, hasta que el destino se lo ha llevado cuando hacía una de las dos cosas que realmente le gustaban. Jugar al balón. La otra era narrar los partidos del Chapecoense.
«Hola, colega», saludaba Henzel a los periodistas en Bilbao el día en que se exhibió el documental 'Nossa Chape'. Descanse en paz.
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