La receta para llevar a España al éxito en los JJOO de un campeón mundial de Bilbao

Este es el caso de Edu, como prefiere ser llamado, Blasco. A sus 26 años, este donostiarra se acaba de coronar campeón del mundo en el Mundial de Salvamento y Socorrismo de Riccione (Italia). El nadador, que a los 16 años se desplazó a Bilbao -este lunes el alcalde Juanmari Aburto le recibió en el Ayuntamiento- para potenciar sus entrenamientos en Getxo –reside a caballo entre la localidad de la Margen Derecha y Fuerteventura–, estudió en la UPV de Leioa la carrera de Derecho antes de especializarse como jurista deportivo. Poseedor de 31 récords nacionales y ganador de más de 70 medallas con la selección española, ya ha contactado con el Ministerio de Cultura y Deporte para poner en marcha una serie de medidas que, a su juicio, «ayudarían a retener gran parte del talento nacional y a multiplicar las medallas en los diferentes campeonatos hasta por diez».

«El modelo iniciado en Barcelona '92 está totalmente agotado. Se fundamenta en la generación espontánea, en que aparezcan unos prodigios o se junten varios cracks», inicia Blasco su conversación con EL CORREO. «En España no existe un sistema de captación, arraigo y protección del DAN. La Ley del Deporte data de 1990, ya no sirve». El guipuzcoano pone el foco en la captación del deportista. «En la Secundaria es cuando te desarrollas y donde se pierde la gran parte del talento. Tenemos un sistema en el que solo hay dos horas de Educación Física a la semana. Además, no existen facilidades para los DAN porque no te suelen cambiar clases», desarrolla.

Quien logra superar el Bachillerato y se embarca en la aventura universitaria a la vez que entrena varias veces a la semana no deja de tener impedimentos. «¿Por qué hay tanto abandono del DAN al entrar en la universidad? Porque el sistema te ha preparado para un derrotismo sistemático. A tu profesor le da igual el partido y a tu entrenador el examen», ejemplifica desde su propia experiencia. «Hay que apoyar al DAN. Por ejemplo, otorgando créditos para rebajar el volumen de clases. Al fin y al cabo, ser DAN te aporta valores tan necesarios y parecidos a lo que se demanda a un estudiante como la disciplina, la gestión de la derrota, el trabajo en equipo...», aporta Blasco. «En Italia se les da facilidad una vez que terminan su carrera para ser policías, mientras que en Alemania muchos entran al Ejército. Es una oportunidad para cotizar y estar protegido», compara. En esta línea, el nadador profesional aboga porque en España «debería haber plazas reservadas para los DAN en las oposiciones. Así evitaríamos el abismo que suponen las retiradas deportivas».

Casos tan dramáticos como los de la esquiadora Blanca Fernández, cuya muerte en 2019 en la madrileña montaña de La Peñota está relacionada con un posible suicidio, o, el más reciente del exgimnasta Gervasio Deferr, que confesó a principios de año su infierno con las drogas y el alcohol, hacen flaco favor a las futuras estrellas del deporte. «Si ves que tus referentes acaban tan mal, cuando sales de esa burbuja de éxito te queda la nada. No hay un sistema de psicología para los DAN». Respecto a las ayudas, una fuente de ingresos importante y vital, Blasco las tilda de «vergonzosas». «Los deportistas se salvan por lo que les dan sus ayuntamientos o autonomías, pero son cantidades muy pequeñas», lamenta Blasco, que sostiene que «las cuantías económicas de Basque Team son mejorables, pero al menos hay un sistema, algo a lo que agarrarse».

El plusmarquista afirma confiado que «con cambiar solo una de estas medidas propuestas las medallas en los campeonatos se multiplicarían por diez». Lo dice crédulo al exponer que en el último Europeo de Salvamento y Socorrismo «Italia nos metió un 19-0 en medallas, un país con la misma tradición deportiva y con un número de licencias similar». «No por invertir más generas más, hay que hacerlo mejor», sentencia.