El deporte alavés contiene la respiración

El Esconsu Gaztedi vive atento casi de la misma manera a dos frentes. Al económico -han solicitado a un ERTE para los trabajadores asalariados del club- se le suma el deportivo. Cuando se decretó el parón, apenas les quedaba una jornada para terminar la temporada. Pero de ese encuentro depende buena parte de su futuro. En el partido pueden asegurar la permanencia, tener que jugársela en el play off o verse abocados al descenso. Dependen de su resultado, pero también de cómo se den el resto de competiciones, que pueden arrastrarles. La Federación debe decidir. «Tiene que mirar a la reglamentación y no saltarse ninguna normativa. Está solicitando al CSD una norma para poder aplicarla en estos casos. La reglamentación actual no permite suspender la liga ni inventarse una norma nueva de ascensos y descensos», explica el presidente del club, Moisés San Mateos. Pero a eso hay que sumar los intereses de los clubes en función de la situación que más les convenga. Incluso, cabe la posibilidad de declarar nula la competición. «Que fuese nula sería un fastidio para los que han invertido mucho, pero es la menos complicada», comenta. Tampoco se descarta un cambio de formato o ampliar los grupos.

Esta incertidumbre tiene un indudable impacto económico en una disciplina que sin lujos. «En los deportes más televisivos es más soportable, pero aquí los presupuestos son muy justos. Si alargas el presupuesto dos meses más para algunos clubes va a ser muy complicado de soportar», lamenta. Mientras tanto, intentan mantener la forma. El rugby es un deporte de mucho contacto, por lo que es imprescindible garantizar unas condiciones físicas óptimas que eviten lesiones cuando se reanude la competición. El club ha preparado una rutina, supervisada por el preparador físico y el entrenador. «Hemos hecho clases por internet. Llevamos un control diario. También intentamos ver más cosas de rugby, normativa, partidos... intentando no perder el hilo», comenta.

En el atletismo, mantener un ritmo de trabajo similar al que logran tener al aire libre es imposible para la mayoría de atletas. Sólo les queda conservar un tono físico bueno que permita acortar los plazos cuando se confirme el regreso de la competición. Otros atletas, los menos afortunados, ya han dado por terminada la temporada vista la paulatina cancelación de las competiciones en las que iban a participar. El Club La Blanca, una de las enseñas del atletismo vitoriano, vive la situación con preocupación. «Hemos tenido que hacer un ERTE a los entrenadores. Las cuotas las hemos suspendido. Ya veremos, porque hay cosas que hay que seguir pagando. Esto puede suponer la desaparición de algunos clubes», asegura Mikel García, su presidente.

Ellos ya han tenido que alterar el calendario de las competiciones que organizan. Dos de las pruebas del circuito de carreras populares -Lanciego y Paseos- ya han sido suspendidas. Las de mayo, donde se concentran la mayoría, están en el aire. «Si tenemos que aplazar varias pruebas habría que suspender el circuito. No tiene sentido hacer carreras cuando la gente ha estado en casa. En septiembre y octubre el calendario va a estar cargado. Lo más lógico es suspenderlo todo. No sé si tiene sentido organizar campeonatos de España en junio o julio si se va a poder empezar a entrenar en mayo», abunda. Para intentar evitar el perjuicio, han preparado rutinas de trabajo para los atletas federados, aunque «es complicado» emular las condiciones del tartán o las pistas.

En la gimnasia rítmica apenas se salvan, y a duras penas, los ejercicios de suelo. El resto, desde las mazas a las cintas, están guardadas por fuerza mayor en el armario. Porque pocas familias quieren sumar al confinamiento jarrones y lámparas rotas fruto de las peripecias de sus hijas. «En el club hay 360 niñas. Las pequeñas han parado. He preparado unos vídeos con las federadas para que puedan imitar los elementos y tener unas guías. Las de competición, en especial las dos del equipo nacional (Salma Solaun y Teresa Gorospe), no se pueden quedar paradas. Con aparato no, pero sí que pueden hacer cosas corporales. La rítmica es un deporte en el cual el aparato es fundamental», explica la entrenadora del Beti Aurrera, Marga Armas.

La incertidumbre sobrevuela el calendario del 2020. Los Juegos Olímpicos ya han sido pospuestos a 2021, lo que puede generar más cambios de fecha. «Espero que a final de año sea el europeo, porque es clasificatorio para la olimpiada. Tiene que ser este año», comenta. El plano económico también es precario. «El club ha paralizado todo, en el mes de abril no hay cuotas. Se han metido a las entrenadoras en ERTE. Si no hay competiciones no hay subvenciones. Se avecina algo complicado, pero tenemos que asumirlo. Vivimos de subvenciones y de cuotas y no va a haber ni una ni otra», sentencia Armas.

Iker Gereta, presidente de la Federación Alavesa de Pelota, recurre a una frase de Arguiñano para mostrar algo de optimismo. «Con una pelota y una pared ya tienes suficiente. Aunque sea de mala forma puede seguir enganchado», resume. Pero las limitaciones son palpables. «Entrenar a frontón, con los tacos y la pelota dura, es imposible, no hay pared que resista eso en casa», asume. Realizan diversos ejercicios físicos para mantenerse en forma y no olvidarse de la pelota. También han recurrido a las redes sociales.

Han activado la etiqueta #pelotazosdesdecasa, para que jóvenes y mayores compartan sus actividades. «La gente nos manda vídeos de cómo juegan. También hacen teatros de pelota profesional», celebra. Pero el horizonte también borroso. Como casi todos, han tenido que realizar un ERTE. Hay dudas sobre las competiciones, las ayudas y las subvenciones. Manejan varios escenarios a nivel deportivo. Ya han lanzado una preinscripción para el tradicional Torneo Interpueblos de mayo y junio. Si no se pudiese celebrar, su foco se trasladaría a las Fiestas de La Blanca, también en el aire. Ahí organizan su propio torneo y montan un 'pelotagune', un frontón portátil de gran aceptación entre los aficionados. Es un momento importante de la temporada, por lo que confían que al menos pueden salvarlo. Si no, ya les tocaría planificar el próximo curso.

Si el fútbol al más alto nivel -con recortes y ERTES en algunos de los clubes más potentes- sufre, todavía más penurias vive el a menudo opacado fútbol aficionado. En el Ariznabarra asumen que su futuro va a ligado al de la élite. «Vamos a depender de cómo vaya lo profesional para ver lo amateur. No podemos hacer nada. Se oye que en juvenil y provinciales no haya ascensos y descensos. Eso es lo que se oye, no sabemos más. Hasta la fecha no nos ha dicho nada nadie». explica su presidente, Fernando Llamas, inmerso en un mar de dudas. A nivel económico, barajan hacer un descuento en las cuotas de los jugadores de la cantera para la próxima temporada.

Tampoco descartan extender los entrenamientos cuando se pueda volver a pisar el césped. «Si pasamos abril y ya podemos usar el campo igual cogemos el mes de junio y se lo regalamos a los críos para que puedan jugar», comenta. Los miembros de la primera plantilla, que pelea para evitar el descenso en su debut en Tercera, mantienen el tono físico a duras penas en sus domicilios. «Me van pasando algún informe. Les mandan ciertos ejercicios físicos, en casa poco podemos hacer con un balón. Para los de Tercera es más complicado», explica.

En todos los deportes de pelota la dificultad es añadida. Pero si acercarse en casa a las condiciones del frontón no es fácil, improvisar una pista de pádel, con sus paredes y red, es imposible. Al principio del confinamiento se hizo viral un vídeo de una atrevida pareja peloteando de ventana a ventana. Pero la mayoría, a su pesar, ha tenido que dejar apartada la pala y buscar alternativas para no perder el hilo con el deporte. «Se les ha mandado a los clientes algunos perfiles de deporte. Esta semana les mandaremos otros diferentes. Que vean que nos acordamos de ellos mientras estamos cerrados», explica Gorka Fernández, de Pádel Norte.

Con el centro cerrado a cal y canto, no hay ingresos ni por socios ni en ninguna otra partida. «Este mes no se cobran cuotas. A nivel económico es una catástrofe. La mayoría de los gastos siguen en pie, pero no tenemos un solo ingreso en abril. Es complicado, también que no lleguen ayudas del Gobierno», lamenta. En el futuro, mucha incertidumbre. Están haciendo cuentas para valorar su viabilidad económica y que esto no repercuta en el bolsillo de los clientes. Pero, como el resto de responsables del deporte alavés, asume que «no queda otra que ir día a día».