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Antonio Alba en la natación de una prueba anterior al accidente. E. C.

Correr un Ironman tras un grave accidente: «Me ha dejado secuelas pero mi tesón ha sido más grande»

El triatleta catalán Antonio Alba afrontará en Vitoria su primer Ironman tras sufrir un grave atropello en 2020 que pudo costarle la vida

Olga Jiménez

Jueves, 7 de julio 2022, 00:41

La vida puede dar un vuelco en décimas de segundo y desbaratar cualquier plan futuro. Por eso, el tópico tan manido 'carpe diem' tiene sentido. ... Quién mejor que Toni Alba para certificarlo tras un grave accidente que sufrió en enero de 2020. Este visitador médico de 47 años y nacido en la bella localidad tarraconense de Amposta se entrenaba con los cinco sentidos puestos ya en el Ironman de Vitoria. Iba a ser su primera experiencia en la larga distancia después de competir en varias distancias half y triatlones olímpicos. «El triatlón es mi media vida» repite mientras toma aire para relatar la odisea vivida tras su sufrir un atropello. «Un coche impactó por detrás mientras corría. Me desplazó 15 metros y acabé en la cuneta», explica con voz entrecortada. Las consecuencias del fatal accidente pudieron costarle la vida. «Fruto de la colisión sufrí un politraumatismo torácico, con hemoneumotórax, fracturas de escápulas, clavícula, rotura del ligamento del acromion. Temieron por mi vida» continua con voz temblorosa.

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Varias operaciones, seis semanas en la UCI y otras dos en una habitación del hospital Juan XXIII de Tarragona le hicieron toparse con una cruda realidad que le trasladaron sus cirujanos: no podría volver a practicar triatlón. «Fue un golpe muy duro y casi me hizo caer en una depresión», reconoce. La recuperación coincidió con el confinamiento por la pandemia, lo que le obligó a estar tres meses postrado en un sofá, donde tuvo que ir rumiando su nueva situación. El inicio de una rehabilitación «y esta cabeza tan dura además del tesón», fueron los impulsos para probarse en una bicicleta estática, a pesar de ir a contracorriente de las prescripciones médicas. «Empecé con cinco minutos, al mes podía aguantar una hora. Un proceso de sufrimiento y esfuerzo que me hizo plantearme que yo quería hacer un Ironman», confiesa.

Graves secuelas

Las graves secuelas derivadas del accidente, con una capacidad pulmonar limitada que le avisa a partir de las 155 pulsaciones, tampoco han sido obstáculo. «Cuando sobrepaso ese límite me quedo literalmente sin aire. Es angustioso, pero he sabido gestionarlo, sobre todo, en la natación. Hace un año, apenas podía nadar 100 metros. El accidente me ha dejado secuelas, pero mi tesón es mas grande» afirma. Es cierto que todas las desgracias vienen juntas. En marzo de 2021 su padre falleció, fruto de una neumonía bilateral provocada por el covid. La motivación creció de manera definitiva. «Quiero cruzar el arco de meta y dedicárselo a mi padre en el cielo, mi primer fan. Gracias a amigos, familiares y mi pareja, podré tomar la línea de meta. Sé que llegaré y terminaré, no en 12 horas, quizás me cueste 15, pero aunque sea arrastrándome llegaré a esa meta», afirma con fuerza. Su historia encierra un mensaje: «Que nadie te diga que no puedes hacer algo» .

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