Los platos de Eneko Atxa que comerán los olímpicos vascos en Tokio

«Lo que se pretende -explicó el restaurador- es que después de los entrenamientos tan exigentes de los deportistas, el momento de comer no sea otro castigo añadido para ellos, sino una experiencia placentera». No cabe duda de que Eneko y sus colaboradores del restaurante lo consiguieron, a tenor de las caras que ponían los olímpicos cuando les explicaban lo que iban condimentar y luego probaban el resultado de su trabajo. En esencia se trataba de utilizar los productos que aconsejan los nutricionistas -que se han convertido en los grandes sabios del deporte de élite- y a continuación, siguiendo sus pautas, iluminar las materias primas con salsas y purés fáciles, pero muy atractivas al paladar si se escogen los ingredientes adecuados.

Utilizando un formato televisivo, muy parecido a los 'masterchef' que triunfan ante la audiencia, los miembros del Basque Team se distribuyeron en cinco mesas equipadas con todo lo necesario y se lanzaron a cocinar seis platos, repartidos dos menús, uno con carne y otro con pescado, que previamente Eneko les había detallado. De todos los presentes, el que probablemente más disfrutó fue Ian Ponciano, de Bermeo, que con solo 12 años ya ha competido en dos Mundiales absolutos de 'skate' y según qué competición, suele acabar entre los treinta o veinte mejores del planeta en esa modalidad de patinaje acrobático.

La mesa de Ian era un resumen perfecto de lo que ha escenificado el Basque Team esta mañana, porque junto a él estaban el lanzador de peso Carlos Tobalina, ex de Río 2016 y aspirante a Tokio; Bárbara Plà, veterana jugadora internacional de rugby seven, modalidad del balón ovalado que por segunda vez será olímpica en 2020; Asier García, del Bidaideak de Bilbao e internacional de la selección española de baloncesto adaptado que se ha clasificado para Tokio, y por último Elena Loyo, atleta de largas distancias.

«Tenéis grandes nutricionistas que saben lo que necesitáis», les dijo Eneko Atxa a todos, «pero nosotros podemos aportaros algunas buenas ideas». Sin embargo, a Ian solo le preocupaba el ritual de cocinar con el delantal de Eneko y junto a su amigo Carlos Tobalina, que lo atendía como si fuera el hermano mayor. Porque el chico, por su edad, no está sometido a ninguna pauta de nutrición. «Come de todo, le gusta incluso la verdura», explicó su madre, Zulai, que siguió atentamente la retransmisión detrás de las cámaras.

Ella comprobó como Ian la contradijo un poco esta vez. Porque para la foto final del programa de televisión, el chico fue el encargado de escoger uno de los platos y, después de titubear con el tartare de verdura, se inclinó definitivamente por el solomillo. Al fin y al cabo, él se había afanado en cortar la carne en rodajas y acompañarla, tras las indicaciones de Eneko, con un puré de patatas aderezado con yema de huevo de caserío y queso de Idiazabal. Y aún hizo más. Le echó una emulsión de setas con yema y aceite, y un puré de manzana que, a decir verdad, extendieron el buen humor por todas las mesas del Basque Team.

Sobre todo, en la de la tres veces olímpica Maialen Chourraut, piragüista colmada de medallas que ya tiene plaza para Tokio. Acompañada en su mesa por la exluchadora Maider Unda, el remero Jon Carazo, la paratriatleta Rakel Mateo y el escalador Mikel Linazisoro, la deportista de Lasarte reconoció que una de las experiencias que más le han aportado sus viajes para competir es precisamente, haber conocido nuevos platos y sabores.

Aunque, y esto no se puede olvidar, todo lo que cocinaron este martes Maialen y sus compañeros pasó previamente por la supervisión de Xabier Leibar, director médico del Basque Team, quien aludió a las restricciones a que se ven sometidos los atletas de élite y a su dieta ajustada de hidratos de carbono y proteínas. Sin embargo Ian Ponciano, a sus 12 años, tales indicaciones tal vez no le interesaban demasiado. Comiendo de todo, como debe hacer todo chaval, tiene suficiente para competir contra gente diez y quince años mayor que él.