Rahm regresa en un torneo por parejas
El de Barrika, que figura como número dos del Zurich Classics de Nueva Orleans, formará dúo con Ryan Palmer
Una semana de descanso activo en Scottsdale (Arizona) y de nuevo al lío. Digerido un Masters muy intenso y emotivo, Jon Rahm prepara ya ... el asalto al siguiente 'major' del año, que le llevará del 13 al 19 de mayo a Bethpage (New York). En su agenda dos citas previas, la primera el Zurich Classic que arranca hoy en New Orleans. Se trata del único torneo del circuito PGA que se disputa por parejas y el de Barrika formará equipo con Ryan Palmer.
La elección de su compañero siguió un largo proceso. La ilusión del vizcaíno era disputar este evento junto a Phil Mickelson. El de San Diego dio el visto bueno si se decidía a incluir esta cita de Louisiana en su hoja de ruta. Finalmente no lo hizo y Rahm se puso en contacto con Xander Schauffele, golfista en un gran momento, con el que ha hecho buenas migas las veces que ha jugado y entrenado con él. Pero el norteamericano acabó declinando su presencia en el torneo por tener que atender otros compromisos con patrocinadores. Recurrió después a Francesco Molinari, pero el turinés ya estaba comprometido.
Y surgió la opción de Ryan Palmer, que contactó el año pasado con Jon Rahm para pedirle que jugara en el torneo que organiza y promueve su fundación en Texas. Ahora se ha dado la situación ideal para que ambos vuelvan a compartir cuatro días de golf formando una peculiar pareja, ya que el de Amarillo también es de los que revienta la bola. Ganador de tres PGA (Classic Disney 2004, Ginn sur Mer'08 y Sony Hawai '10), perdió sendos play-off en el Byron Nelson, Honda Classic y Farmers Insurance, tiene dos terceros puestos en el Mundial Bridgestone y fue quinto en el PGA'14 y décimo en el Masters'11. Su carrera se vio aparcada desde 2016 para hacerse cargo del hogar y sus dos hijos mientras su esposa, Jennifer, luchaba contra un cáncer de mama al que parece haber derrotado por goleada. Popularizó el lema 'JenWillWin' (Jen vencerá) mediante unas pulseras verdes que portaban la mayoría de golfistas del circuito. Este curso se ha reenganchado a la competición y atesora tres Top10.
El formato del torneo ha variado para esta edición. Las rondas 1 y 3 (jueves y sábado) se disputarán en formato 'Fourballs', eligiéndose la mejor bola de cada pareja en cada hoyo. El viernes y domingo será el turno del 'Foursomes', pegando un tiro alternativo cada jugador. En este formato, uno de los golfistas hará la salida en los hoyos impares y el otro en los pares. El campo es el habitual del TPC Louisiana, par 72, y de las 80 parejas inscritas sólo las 35 mejores y empatadas superarán el corte del viernes.
Aunque este torneo no puntúa para el ranking mundial, sí lo hace para el PGA y la FedEx Cup, con 400 puntos para cada jugador de la pareja ganadora, que se embolsarán, además, 1.051.200 dólares por barba. Jon Rahm es por clasificación planetaria el segundo mejor ranqueado desde su undécima plaza, sólo superado por Brooks Koepka (tercero), que forma pareja con su hermano Chase. Otros dúos a tener en cuenta para suceder en el palmarés a Horschel-Piercy y llevarse el nuevo trofeo de cristal con forma de flor de lis son Reed-Cantlay, Sergio García-Fleetwood, los sudafricanos Oosthuizen-Schwartzel o los australianos Day-Scott.
Rahm y Palmer se ponen en marcha hoy desde el tee del hoyo 1 a las 14.52 (hora española) compartiendo partido con Bubba Watson y JB Holmes. Mañana casi cerrarán la jornada saliendo desde el 10 a las 20.19.
Un caimán, el otro protagonista
Fue visto por primera vez en el TPC Louisiana en 2004. No era en absoluto el primer caimán que merodeaba el campo, pero sí el único con la pata delantera derecha amputada. No hubo que pensar mucho para bautizarle, dado que convirtió los acres del campo en su hábitat natural. 'Tripod' forma parte desde entonces de lo que todos saben que encontrarán en este rincón de Avondale. Es curioso porque durante el año los cuidadores del campo reconocen que a lo sumo se deja ver tres o cuatro veces. Pero en cuanto siente el bullicio de la semana del Zurich Classic parece reivindicar su protagonismo y rara es la jornada que no asoma cerca de los hoyos 17 y 18. Es un espectador privilegiado, y el más conocido en la colonia de unos veinte caimanes que obligan a caddies, jugadores y marshalls a ir con ojos hasta en la nuca cuando se acercan a una trampa de agua.
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