Golf | PGA
Rahm: «Cuando crees que eres invencible el golf te devuelve a la tierra»El vizcaíno pierde el número uno en favor de Scheffler en el PGA Championship, que encumbró a Koepka en el histórico Oak Hill
«Lo bueno que tiene este deporte es que cuando crees que eres invencible te devuelve a la tierra. Te hace acordarte que esto es ... un trabajo continuo. Te mantiene muy humilde. Cuando entre comillas estás crecido te da la sorpresa siempre». No se puede ser más explícito. Jon Rahm no buscó excusas ni justificaciones a su agridulce paso por el PGA Championship, el segundo Grande de la temporada, en el que perdió su condición de número uno del mundo en beneficio de Scottie Scheffler, que acabó segundo. El vencedor del torneo fue Brooks Koepka, que mantuvo un intenso cara a cara con el noruego Viktor Hovland hasta el final. El jugador de Florida, inscrito en la Superliga saudí, tiene ya cinco 'Majors' en su palmarés -tres PGA y dos US Open-.
El poseedor de la chaqueta verde nunca ha llegado a encontrarse cómodo en el Oak Hill Country Club y lo reconoció sin ambages en declaraciones a los medios españoles destacados en Rochester. Dijo en este sentido que pensaba «más de la cuenta» cada vez que tenía que golpear a la pelota cuando, en realidad, su fuerte son las «sensaciones». Y añadió que una de sus principales «inspiraciones» ha sido desde siempre Rafa Nadal. «Si pudiera copiar una mentalidad sería la suya», proclamó.
Clasificación final Oak Hill
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Brooks Koepka -9
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Scottie Scheffler -7
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Viktor Hovland -7
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Cam Davis -3
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(...) Jon Rahm +7
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(...) Pablo Larrazábal +12
Rahm se quedó otra vez a medio camino en la última vuelta en su intento de escalar posiciones que le acercaran a los puestos nobles de la clasificación. El demoledor más seis del estreno ha pesado como una losa y todos los intentos del vizcaíno las tres jornadas siguientes por revertir la situación y engancharse al torneo han resultado infructuosos. Cada vez que parecía que sacaba la cabeza, un mazazo le devolvía a la casilla de salida y le obligaba a remar a contracorriente, con el desgaste que ello supone física y mentalmente.
El profesional de Barrika ha buscado con ahínco el punto de inflexión que tantas otras veces la ha impulsado a lo más alto, como ocurrió por ejemplo en Augusta, pero el campo ha sido en esta ocasión muy hostil con él y ese cambio de chip, ese bonus que puede dar un giro brusco a los acontecimientos y meterte de lleno en la pelea, no se ha producido en este rincón del oeste del Estado de Nueva York. El golf es benévolo con el viento de cara pero cuando se pone en modo justiciero el éxito se convierte en una quimera.
Dio la sensación de que ayer podía ser el día de las buenas noticias para Rahm porque el comienzo fue inmejorable con birdies consecutivos en los dos primeros hoyos, pero después las calles y los greenes volvieron a sacar sus garras y quedó claro que la escalera para avanzar puestos en la tabla tenía peldaños defectuosos. El de Barrika superó con oficio y maestría la parte inicial de su ronda y todo indicaba que al menos podía marcharse del PGA con una sonrisa y con una tarjeta en números negativos. Pero el segundo tramo fue otro cantar. Un bogey en el hoyo 10 le frenó en seco y los errores en el 17 y en el 18 emborronaron su 'pasaporte' hasta el 71 definitivo, uno sobre el par.
Montaña rusa
Terminó con más siete en el cómputo global de la competición a una distancia considerable de las posiciones de cabeza. Excepto el viernes, cuando consiguió alcanzar la estabilidad con un juego sostenible, Rahm ha pasado por Oak Hill subido en una montaña rusa de subidas y bajadas vertiginosas que le han impedido coger la velocidad adecuada. El tremendo 76 del jueves le forzó a mirar el torneo de otra manera. Había que mantener la solidez y, al mismo tiempo, sacar a relucir importantes dosis de agresividad para atacar las banderas y reducir las distancias. Al día siguiente sí pareció que se había subido a la ola buena, pero el diluvio del sábado truncó su hoja de ruta.
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