Rahm encuentra el camino a tiempo en el Memorial
El vizcaíno recupera las sensaciones en la segunda parte del recorrido y firma un menos dos que le sitúa en los puestos cabeceros
Jon Rahm encontró el camino a tiempo en la segunda parte del recorrido y empezó con buen pie el Memorial, uno de los torneos con ... mayor solera del PGA Tour que siempre está marcado en rojo en su calendario. El vizcaíno fue de menos a más y recuperó las sensaciones en los últimos nueve hoyos con un juego saneado desde el tee y unos tiros a green excepcionales que le permitieron conquistar tres banderas y sobreponerse a dos bogeys consecutivos que habían comprometido la tarjeta.
Presentó un 'pasaporte' de 70 golpes, dos bajo par, en la casa club del Muirfield Village Golf de Dublin, en Ohio, que le colocó en los puestos cabeceros desde la jornada inicial. Scottie Scheffler, el gran rival del profesional de Barrika en la lucha por el número uno, terminó con más dos y deberá remontar si quiere tener opciones el fin de semana.
Rahm busca en la casa de Jack Nicklaus la quinta victoria del curso tras las conseguidas en Hawái, el Americam Express, el Genesis Invitational de Los Ángeles y el Masters de Augusta. Lo hace en una cita con la que mantiene una relación especial. Ganó aquí en 2020, lo que le elevó por primera vez al trono mundial, y estuvo a punto de repetir un año después con una exhibición el tercer día, pero un positivo por covid le obligó a abandonar. A Rahm le gusta este campo y conoce casi todos sus secretos. Es muy exigente y suele estar preparado como un Grande. No puede haber mejor test cuando el Abierto de Estados Unidos, el tercer 'Major' del curso, ya asoma en el horizonte –se disputa del 15 al 18 de junio–.
El vizcaíno ha tenido dos semanas para resetearse después de su frenazo en el PGA Championship de Rochester, donde su juego nunca llegó a fluir. En el Memorial salió desde el tee del 10 a las 14.05 horas (seis menos en Ohio) con Jason Day y Collin Morikawa como compañeros de partido. Su juego, académico y sin sobresaltos, era sólido. Sin embargo, no acababa de aparecer el putt que cambiara el escenario. Encadenó siete pares hasta someter con maestría el green del 17. Parecía que podía ser el punto de inflexión, pero sendos bogeys en el 18 y en el 1 le obligaron a empezar de nuevo. No se amilanó y tres birdies en las banderas 2, 3 y 7 –en esta última rozó el eagle– avalaron su condición de favorito.
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