Javier Sainz ejecuta un golpe desde el tee en un torneo del Challenge Tour. Federación Española de Golf

El golf del bilbaíno Javier Sainz, el que no se ve en la tele

Este profesional de 29 años de Laukariz compite en el Challenge Tour, lo que le obliga a viajar por medio mundo para seguir creciendo

Domingo, 26 de febrero 2023, 01:05

Javier Sainz (Bilbao, 19 de abril de 1993) cogió su primer palo de golf con 5 años y ya no lo soltó. Lo hizo en ... el Club de Campo de Laukariz, al que acudía casi a diario con su familia a practicar varios deportes. Pronto se dio cuenta de que los hierros y las maderas se le daban bien y, por si tenía alguna duda, cuando alcanzó la adolescencia empezaron a llamarle para que compitiera en citas importantes.

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Poco antes de la mayoría de edad comprendió que podía convertir el golf en su modo de vida y asumió que iniciaba una carrera de obstáculos en la que iba a tener que hacer muchos sacrificios. Dar el salto al profesionalismo es una decisión muy difícil, cargada de responsabilidad. Hace falta mucha valentía. «Tienes que estar fuerte mentalmente para hacerlo», dice el vizcaíno en una conversación con EL CORREO desde Sudáfrica, donde ha permanecido todo el mes de febrero para competir en cuatro torneos.

Sainz disputa el Challenge Tour, la categoría de plata de su especialidad y antesala de la Primera División para los que queden entre los veinte primeros al final de la campaña. Es un trotamundos. Ahora está en una localidad situada a un par de horas de Johannesburgo y en marzo y abril viajará a India y Abu Dabi antes de que el calendario se asiente en Europa. Puede resultar bastante duro «si no sabes cómo afrontarlo». Hacer y deshacer las maletas una y otra vez, buscar financiación para costear en parte los largos desplazamientos, estar lejos de la familia y de los amigos muchas semanas del año...

Todo ello para rendir al máximo y acumular puntos en unos torneos que, a diferencia de lo que ocurre con los del PGA Tour y los del circuito europeo, no se ven en la tele. Es el otro golf, el que está alejado de los focos a pesar del elevado nivel de sus participantes. Resulta muy difícil acceder a la esponsorización cuando se difunden muy pocas imágenes de las citas en las que se compite. «La Federación nos ayuda en los viajes y me voy arreglando», apunta.

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El jugador vizcaíno ha fijado su residencia en Cabrils, una localidad del Maresme en la provincia de Barcelona propiedad de su familia en la que ha encontrado la paz que necesitaba para concentrarse en un deporte que exige una dedicación diaria. Se levanta sobre las siete y media o las ocho de la mañana, desayuna y después se desplaza al campo de El Prat para centrarse en su entrenamiento.

«Juego nueve o dieciocho hoyos, depende del día, y ensayo el juego corto y el putt», explica. También tira algunas bolas en la cancha de prácticas, pero prefiere salir al campo, sentir sus golpes y examinar sus sensaciones en un escenario real. Ahí es donde detecta las facetas en las que necesita mejorar y repite los golpes que le pueden valer en los torneos. En el golf unos centímetros arriba o abajo, o a la derecha o a la izquierda, pueden cambiarlo todo. Y para los profesionales es fundamental notar el 'toque', que el palo sea una prolongación de sus brazos.

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Objetivo ambicioso

Sainz, compañero de Jon Rahm en varias competiciones hace años bajo el paraguas de la Federación Española, obtuvo la tarjeta del Challenge Tour y su primer objetivo es mantenerla porque más allá de esta categoría empieza a hacer mucho frío. Por supuesto que hay metas más ambiciosas, como quedar entre los mejores para seguir creciendo y aspirar a cotas mayores, pero no se puede aspirar a estas últimas sin consolidarse en la categoría y sentirse seguro para acometerlas. Es difícil explicarlo, pero en el golf hay «tanta igualdad» que se puede pasar de luchar por la victoria en un torneo a tener problemas para superar el corte en el siguiente e incluso no lograrlo. «Hay veinte o cincuenta golfistas que son el top, pero a partir de ahí la igualdad es máxima», subraya.

El de Laukariz dio el gran pelotazo de su carrera en mayo del pasado año en el Farmfoods Scottish Challenge, en el Newmachar Golf Club, donde consiguió su primera victoria como profesional. Lo logró tras imponerse en el segundo hoyo de desempate al suizo Jeremy Freiburghaus. Aquello fue un subidón porque llegó en el momento preciso para dejar atrás las dudas que le habían generado sus discretos resultados.

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 Hace dos años el joven bilbaíno lo pasó mal. No tenía ganas de jugar y regateó el bache con el respaldo de un psicólogo. Lo hizo poco a poco y salió reforzado de aquel trance. Sudáfrica, India, Abu Dabi, Europa... Una vuelta a medio mundo en un circuito en el que la competencia es máxima.

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