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Campanal vuela sobre los delanteros del Athletic en un encuentro de los años 50 en San Mamés. E. C.
El último salto del 'capitán maravillas'

El último salto del 'capitán maravillas'

Marcelino Vaquero 'Campanal II', leyenda del Sevilla y después 115 veces campeón de España en diferentes pruebas de atletismo para veteranos, fallece a los 89 años

Igor Barcia

BILBAO

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Martes, 26 de mayo 2020, 12:10

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Fútbol y atletismo lloran la pérdida de un deportista excepcional, de un campeón en todas las facetas que tocaba. Marcelino Vaquero falleció ayer en Avilés a los 89 años y con él se va una forma de entender el deporte como la necesidad de ser el mejor divirtiéndose en cada aventura que uno emprende. Marcelino era Campanal II, y también el capitán maravillas, un héroe para la afición del Sevilla que disfrutaba con aquel defensa que en la década de los 50 saltaba más que nadie.

Para entender su alcance como futbolista, solo hay que ver la imagen del Sánchez Pizjuán despidiendo a uno de sus mitos con el 'Asturias Patria Querida' sonando por la megafonía. Fueron 16 temporadas al más alto nivel, llegó a ser internacional, pero a su vez, Marcelino tenía otra pasión, el atletismo. Tanto es así que llegó a correr los 100 metros en 10,8, pero como era profesional del fútbol no le contabilizaron lo que suponía el récord de España.

Así que esperó a dejar el fútbol para disfrutar de su otra pasión. Y vaya si lo hizo. Paró el contador de medallas de oro en nacionales de atletismo en 115, ya que compitió hasta hace prácticamente dos años, en carreras, en salto de longitud y triple, en lanzamiento de peso... hasta se atrevió con la pértiga.

Campanal II jugó 17 temporadas en Primera División –16 en el Sevilla y una en el Deportivo–, fue 16 veces internacional y quienes le recuerdan hablan de él como un auténtico portento físico. Su vinculación con el atletismo viene de 1945, cuando se estrenó en Avilés el estadio de la Exposición, el actual Suárez Puerta. «Entonces empecé a practicar el atletismo, tenía 13 años», recordaba en una entrevista con este periódico, y lo compaginó con el fútbol hasta que, con 16 años, se marchó a Sevilla siguiendo los pasos de su tío, el gran Guillermo del Río «Campanal I». «Soy el primer jugador de fútbol que llegó al Sevilla en barco, tardé cuatro días en ir desde Asturias».

Tras dos campañas cedido en el Coria y el Illiturgi, Marcelino debutó en Primera con 18 años, en un partido en el que el Sevilla ganó 1-0 al Athletic en el viejo Nervión. «Debuté marcando a Iriondo». A partir de ahí, toda una trayectoria profesional que le llevó a ser internacional junto a futbolistas como Di Stéfano y a convertirse en el ídolo de la afición hispalense, que le apodó «El capitán maravillas», en honor a un cómic de la época. Su capacidad física era asombrosa. Muy pocos rivales eran capaces de desbordar a aquel futbolista que podía jugar de central o lateral izquierdo.

Pero Campanal nunca olvidó el atletismo. «Siempre lo practicaba cuando volvía a Avilés en verano, después de haber acumulado 50 ó 60 partidos durante la temporada». Sólo con mencionar sus mejores marcas se puede entender la capacidad física de este futbolista-atleta. «En longitud salté 7,50 metros y en triple 14,87. Y en 100 metros 10,8, todo en pista de ceniza». Eran récords de España de la época, pero Campanal nunca apareció en los ránkings por un problema. «Yo era profesional del fútbol y el atletismo era amateur. Así que tenía que competir fuera de concurso», recordaba el avilesino, al que siempre le quedará una duda. «Yo hacía atletismo con entrenamientos de fútbol, así que nunca supe hasta dónde hubiera podido llegar».

Una vez retirado del fútbol, recuperó su pasión por el atletismo. «Voy todos los días a la pista, y allí enredo con mis cosas. Me encanta el atletismo y entreno siempre que puedo, pero con un límite, y manteniendo una cuestión primordial para seguir sin problemas físicos, el descanso», contabac hace cuatro años. Desde que se inició en el mundo profesional, Campanal II ha sido estricto con lo que a su juicio ha sido clave en su trayectoria deportiva. «El secreto de mi forma física, al margen de la genética, es el descanso. Los jugadores de hoy en día no descansan lo que deben. Yo jugaba 50-60 partidos al año, seguía corriendo en verano, y no tuve nunca roturas musculares».

A finales de abril, Campanal reconocía que durante muchos días» no pudo «hacer nada por estar en cama» cuando él «habitualmente», trabaja en su casa «con la bicicleta estática y algunas pesas». Ayer se conoció su fallecimiento. El fútbol y el atletismo lloran la pérdida de su 'capitán maravillas'.

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