La sanción al Everton agita la Premier

La UEFA prohibió a los clubes ingleses jugar en sus competiciones durante cinco años, tras la tragedia del estadio de Heysel. Antes del inicio de la final europea entre el Liverpool y el Juventus, murieron, víctimas del hooliganismo, 32 aficionados italianos, cuatro belgas, dos franceses y un norirlandés residente en Bruselas al que no le gustaba el fútbol pero acompañó a un amigo holandés.

Lo que le ha ocurrido ahora al Everton no es siniestro. La liga Premier le ha castigado con una reducción de 10 puntos por incumplir sus 'reglas de beneficios y sostenibilidad'. Estipulan que un club no puede perder una suma de 120 millones de euros en las últimas tres temporadas. El club considera la sanción desmedida. Dice que es una diferencia de criterio sobre la contabilidad de algunos gastos.

El presidente del club, Bill Kenwright, falleció al final de octubre, repudiado por los hinchas, que le acusaban de haber presidido una decadencia que dejó al club al borde del descenso las dos últimas temporadas. El accionista mayoritario, Farhad Moshiri, es un contable británico-iraní asociado a un oligarca uzbeko-ruso, Alisher Usmanov, sancionado también por sus lazos con Vladimir Putin. La propiedad del club es compleja y se estima que Moshiri ha acumulado pérdidas de más de 400 millones en sus continuos fichajes de futbolistas por precios exorbitantes y ventas a la baja. Carlo Ancelotti, Rafael Benítez y Frank Lampard calentaron el banquillo sin hacer milagros. Sean Dyche, responsable de dar estabilidad en la Premier al modesto Burnley, evitó el descenso en junio.

La afición está crispada. No considera a Dyche, organizador de un fútbol enérgico y antipático, como digno de su club. Pero el equipo estaba alejándose de las posiciones de descenso con 3 victorias y un empate en los seis últimos partidos. La sanción de 10 puntos le deja penúltimo, pero con posibilidad de remontar de nuevo la tabla hacia posiciones más templadas, salvo que clubes que descendieron en los tres años que justifican la sanción -Leeds, Burnley, Leicester...- demanden al Everton por daños y perjuicios. El 'Mirror' estima en más de 300 millones de euros la compensación que tendría que pagar. La quiebra acarrearía más puntos de sanción y el descenso, justo cuando Moshiri esperaba vender el club, con su nuevo estadio, a un fondo americano.

La sanción al Everton es la primera que decreta la Premier, que en febrero anunció que la comisión sancionadora investiga 115 supuestas quiebras de las reglas de la liga por el Manchester City. Por su parte, los nuevos propietarios del Chelsea han remitido información sobre posibles incumplimientos cuando Román Abramóvich era dueño del club.

El City ya fue sancionado en 2020 por la UEFA con expulsión de la Liga de Campeones durante dos años, por quebrar las reglas del Juego Limpio Financiera. El Tribunal de Arbitraje Deportivo anuló la sanción, por haber prescrito los cargos, o no ser probados. Los cargos de la Premier, desde 2009 a 2023, van de falsedad en patrocinios o salarios, a la falta de cooperación con la investigación, y no prescriben.

Pep Guardiola pidió en febrero a la Premier que resolviese las acusaciones con prontitud, pero los gerentes del club estarían debatiendo los cargos desde entonces con la comisión investigadora. El chiste es que si se aplica el mismo criterio que al Everton, diez puntos por falta, la comisión tendría que sancionar al City con una reducción de 1.150 puntos.

En el caso del Manchester City, la posibilidad de sanción congela el futuro palmarés de la Premier, de las copas inglesas y de la última Liga de Campeones. Y amenaza con sacudir las finanzas del fútbol inglés.