El enfado del Barakaldo: «Podrían haber aplazado el partido antes de viajar o esperar al domingo por la mañana»
El encuentro fijado para este pasado domingo entre el Arenteiro y el Barakaldo fue suspendido el sábado a la tarde, poco después de la llegada de los fabriles a O Carballiño
Peru Olazabal
Lunes, 27 de enero 2025
La visita al Municipal de Espiñedo es una de las salidas más largas que debe realizar el Barakaldo esta temporada, junto a las del Celta ... Fortuna (Vigo), Ourense y Andorra. El autobús de los gualdinegros recorrió este fin de semana más de mil kilómetros con la expedición del primer equipo íntegra rumbo a O Carballiño, para disputar el encuentro fijado para el domingo a las doce del mediodía. Sin embargo, el viaje fue en vano. Nada más llegar a la localidad de Orense, el sábado por la tarde, el Ayuntamiento decidió suspender su encuentro frente al Arenteiro por la alerta naranja de temporal que había en esa zona. Algo que supone un perjuicio deportivo y económico al club baracaldés.
Ricardo Arana, presidente del Barakaldo, entiende la decisión del aplazamiento, ya que «la responsabilidad de lo gobernantes en estos casos es correr los riesgos mínimos». Sin embargo, denuncia que «el procedimiento podría haber sido otro». «Podrían haber tomado la decisión de aplazar el partido antes de que viajara el equipo o, ya que estábamos allí, se podría haber esperado a la misma mañana en la que se jugaba el partido, porque el tiempo es muy cambiante», señala. En ese sentido, el máximo mandatario resalta que «había la misma información sobre el temporal el sábado a la mañana que el sábado a la tarde».
Este desplazamiento ha tenido un coste de alrededor de 6.000 euros para la entidad fabril. Un dinero que no esperan recuperar, pese a estar en conversaciones con la Federación Española de Fútbol. «Estamos avisados de que no hay seguro», lamenta Arana. Además de en el plano económico, el aplazamiento también tendrá consecuencias en lo deportivo. Este enfrentamiento, seguramente, tendrá lugar entresemana, trastocando el plan de entrenamientos y con la fatiga que conlleva jugar tres partidos en poco más de una semana. «En cierta manera, afrontas esos partidos en desventaja», exclama el máximo mandatario de los fabriles.
Por lo tanto, desde el club esperan que la Federación sea condescendiente y comprensiva con la situación. Desean que, al menos, tengan cierta prioridad para elegir los horarios de ese cúmulo de encuentros que les tocará disputar. Una opción viable sería jugar el partido aplazado entre los dos choques consecutivos que el Barakaldo afronta en Lasesarre contra el Andorra y Unionistas, los dos últimos fines de semana de febrero, para así evitar varios viajes seguidos. Asimismo, lo ideal sería que el primer duelo ante el Andorra fuera un viernes y el último frente a Unionistas, el domingo.
Aficionados perjudicados
El club no ha sido el único perjudicado en esta situación. Alrededor de medio centenar de aficionados gualdinegros se desplazaron hasta O Carballiño y vivieron «una decepción total», reconoce María José Torrecilla, una de las hinchas que estuvo el fin de semana en la localidad gallega. «Cuando recibimos la noticia, estábamos allí sin paraguas y a una temperatura buenísima, así que nos quedamos de piedra», comenta. También se queja de los tiempos que se dieron para tomar dicha decisión. «No puedes hacer desplazar a un equipo completo a más de 600 kilómetros de su ciudad para llegar allí y que te digan que no puedes jugar, es una tomadura de pelo», manifiesta.
Para todos ellos, el aplazamiento ha supuesto un agravio económico que también parece irrecuperable. En el caso de María José Torrecilla, pudo incluso visitar el Estadio de El Espiñedo a la hora que estaba prevista la jornada. «Había condiciones para jugar», asevera. «No nos parece normal que se avise el aplazamiento justo cuando llega el equipo, la alerta se sabía desde días antes y no hubo nada raro el fin de semana para que se dijera el sábado por la tarde», incide. Entre los cerca de cincuenta seguidores baracaldeses desplazados, también los hubo malpensados, ya que «la gente de allí nos decía que al Arenteiro le venía de cine que se aplazase porque tenía muchas bajas», explica esta socia.
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