El Amorebieta suma una agónica y esperanzadora victoria
Los azules se imponen por la mínima al Real Unión y abandonan provisionalmente el farolillo rojo
Fernando Romero
Sábado, 1 de marzo 2025, 23:46
El Amorebieta está más que dispuesto a no dar su brazo a torcer, más aún cuando juega en un Urritxe que se ha convertido en un talismán y un fortín para los de Natxo González. La de este sábado es la tercera victoria consecutiva para los azules al abrigo de su afición, un triunfo tan importante como sufrido, ya que pudo esfumarse en los instantes finales de este derbi vasco. No fue así, por fortuna, y los tres puntos sumados ante el Real Unión permiten a los zornotzarras dejar atrás, aunque sea de forma provisional, un farolillo rojo del que eran dueños de forma consecutiva desde inicios de diciembre.
La delicada situación del Amorebieta le empujó a tratar de ser protagonista desde el inicio en el derbi vasco frente a los irundarras en un Urritxe que le sienta bien a los zornotzarras. Los azules protagonizaron un eléctrico arranque, con varias ocasiones claras en los primeros compases. Las dos primeras estuvieron en las botas de Ben Hamed, que primero mandó junto a la cepa del palo un remate cruzado tras una gran acción individual y después no acertó a empalmar con finura una volea en un saque de esquina servido por Hervías.
Amorebieta
Marino; Amelibia, Yuste, Kortazar; Hervías (Carbonell, 74'), Masllorens, Ben Hamed, Camacho (Sola, 90'); Iñigo Muñoz (Eric, 74'), Selma (Marín, 90'), Kaxe (Vicandi, 74').
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Real Unión
Wright; Eimil, J. Domínguez (Santos, 67'), Olaortua, Quintana (Puig, 46'), Munroe (Dani Garrido, 67'); Aranzabe, Vidorreta, Iker Bilbao; Sergio Benito, Koldo Obieta.
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Gol: 1-0, min. 13: Kaxe.
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Árbitro: Ortega Herrera (colegio valenciano). Amonestó a Kortazar, Amelibia, Masllorens, Marín por el Amorebieta; y a Munroe, Aranzabe, Vidorreta, Olaortua, Wright por el Real Unión.
Ambas fueron dentro de los primeros diez minutos de partido. En el undécimo, Sergio Camacho, la novedad en el once diseñado por Natxo González, lo intentó con un potente disparo desde la frontal. Y dos después, un centro tocadito del carrilero zurdo, que no era titular desde finales de noviembre, lo remató magistralmente de cabeza Kaxe en primer palo, con un buen giro de cuello para batir al meta James Wright, cedido por el Aston Villa en Gal.
El Amorebieta manejó el encuentro con mucha soltura, tanto con balón como a nivel táctico. Tanto que Unai Marino acabó inédito la primera mitad. Mientras, el Real Unión, en su afán por intentar frenar a los zornotzarras, pecó de un exceso de intensidad que el colegiado del encuentro no supo frenar, dando lugar a varias acciones muy duras que ensuciaron el partido, la gran mayoría de ellas, además, sin castigo.
El Amorebieta también supo gestionar esas situaciones, no cayó en la trampa y siguió a lo suyo. La lástima fue que no supo concretar las claras ocasiones que tuvo para haber ampliado su renta en el marcador, como el remate de Selma que se fue por encima del travesaño o un disparo a botepronto de Kaxe en punto de penalti que cruzó en exceso, tras otro buen centro de un muy activo Pablo Hervías.
Agónico final
El rumbo del encuentro cambió en la segunda mitad. El Real Unión adelantó filas y fue más protagonista, metiendo poco a poco al Amorebieta sobre su frontal. Hubo momentos de agobio para los zornotzarras, aunque eran más por la propia sensación del juego que por el fuego real que proponía el cuadro gipuzkoano. De hecho, fueron los azules los que, cuando pudieron estirarse, estuvieron muy cerca de ampliar su ventaja. A Kaxe se le anuló un gol por un fuera de juego ciertamente ajustado. También Yuste pudo anotar en un córner, pero su remate de cabeza fue demasiado centrado.
Toda la emoción se centró en los minutos finales. El empuje visitante y el miedo a perder el importante botín que tenían en su botín los de Natxo González propició varias situaciones de mucho riesgo. Yuste y Kortazar sacaron sendos balones casi sobre la línea de gol. También Unai Marino tuvo que tirar reflejos para salvar los muebles para los suyos en el añadido. Un tiempo extra en el que también Eric perdonó la sentencia a portería vacía.