Un Amorebieta en proceso de construcción

El Amorebieta logró el domingo en el Anxo Carro el primer punto de la presente temporada tras dos jornadas de competición. Los azules debieron enfundarse el mono de trabajo para sumar ante un Lugo superior, todo lo contrario que una semana atrás. En el estreno en Urritxe, los de Julen Guerrero fueron protagonistas con balón y tan solo la falta contundencia arriba les privó de la victoria.

Dos caras de una misma moneda son las que ha ofrecido este Amorebieta en pleno proceso de ensamblar todas sus piezas. Ante la Gimnástica Segoviana, más brillo y lustre; ante el Lugo, un equipo que supo cerrar filas para sumar un punto que «nos va a dar mucha tranquilidad», como decía el propio Guerrero a la conclusión del encuentro.

No obstante, todavía quedan muchos detalles por pulir en un equipo totalmente renovado. Una tarea en la que el técnico portugalujo y su staff técnico andan inmersos, aún con mucho trabajo por delante. Las primeras sensaciones del equipo son positivas, demostrando que hay buenos mimbres para realizar el fútbol que propone y le gusta al entrenador.

También que el equipo está comprometido y que en días más grises como el de Lugo sabe adaptarse y sufrir. De hecho, los azules únicamente han encajado un gol en estas dos primeras jornadas, un guarismo que únicamente mejoran tres clubes del grupo. Y la diana encajada fue como fue, en uno de esos errores que cuestan puntos y que hay que minimizar al máximo.

Pero también se han visto en estas dos primeras jornadas algunas carencias y áreas claras de mejora. De entrada, al Amorebieta le cuesta un mundo convertir su producción ofensiva en ocasiones de gol. Un ejemplo muy claro fue lo sucedido en el primer partido de liga, donde los zornotzarras generaron una veintena de buenas llegadas y centros al área, pero sin apenas remate.

En el Anxo Carro, por su parte, el equipo mostró un carácter algo más defensivo a medio camino entre el empuje de los gallegos y la necesidad de sumar algún punto para ir cogiendo confianza. El Amorebieta se mostró más balanceado en defensa, pero sufrió más de lo necesario en el balón parado. El Lugo rozó el gol casi en cada acción de estrategia, con Jon Cabo sirviendo balones al área con mucha intención. Como en el saque de esquina directo con el que buscó sorprender a Unai Marino.

Teniendo en cuenta la igualdad y la enorme competitividad que hay en Primera Federación, en la que los partidos se deciden por detalles, ambas facetas del juego son claras áreas en las que el cuerpo técnico debe seguir haciendo hincapié.

Los muchos condicionantes que ha tenido el Amorebieta durante este verano han hecho que la plantilla tarde en conformarse. La llegada de Julen Jon Guerrero el viernes casi sobre la bocina es un ejemplo de ello. Y no se descartan más incorporaciones desde el mercado de jugadores libres para reforzar precisamente la zona de ataque. Sin un armazón básico del curso pasado, encajar todas las piezas del puzle es una tarea que requiere tiempo, algo en ocasiones complicado de compaginar con las urgencias de la competición.

«Estamos en un proceso de desarrollo. El club no nos ha metido ninguna presión. Hemos tenido que hacer el equipo con tranquilidad, esperando los momentos y convenciendo a los jugadores», explicaba una vez más Julen Guerrero desde Lugo. «Estamos en proceso de adaptación y buscamos equilibrar el equipo lo mejor que podemos», explicaba sobre los varios cambios que introdujo en el once inicial. «Hemos hecho una pretemporada un poco a marchas forzadas. Dos primeras jornadas duras, contra equipos duros. Seguimos buscando la progresión del equipo tanto individual como colectiva».

Una mejora que Guerrero y su tropa confían en poder mostrar en el próximo encuentro, que les pondrá frente a frente contra uno de los grandes aspirantes a todo. El domingo (16:00h) visita Urritxe el Nástic de Tarragona, que se quedó a tan solo un paso de subir a Segunda el curso pasado.

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