El 'chino' dueño de la medular del Arenas

El jugador durangués lleva siete temporadas en Gobela, siendo una pieza fija en el esquema tanto de Jon Pérez 'Bolo' como del actual entrenador. En lo que va de campaña, solo se ha perdido media parte del partido en El Sardinero. Uranga reconoce «estar contento por continuar contando con la confianza del 'míster', espero poder seguir así». También se ha estrenado su faceta goleadora hace dos jornadas frente al Langreo.

El 'chino', como le conocen sus compañeros debido algunos rasgos asiáticos heredados de su madre nacida en Macao, valora «muy positivamente» la dinámica al alza del equipo en cuanto a resultados: «Estamos cogiendo la confianza necesaria a principios de año y esperamos ir a más». En este sentido, reconoce que «en las primeras jornadas teníamos más dudas, sin tener asimilados algunos conceptos tácticos, pero ahora tenemos todo más claro y estamos más afortunados de cara a gol».

Uranga, desde la experiencia de las temporadas que estuvo bajo las órdenes de 'Bolo', reconoce la «existencia de diferencias» tanto en los planteamientos tácticos como a la hora de entrenar con Luaces. «Cada uno tiene su forma de entender el fútbol, la dinámica de entre semana», comenta. Como reto se marca «obtener cada año mejores resultados que el anterior, a ver si lo hacemos posible».

El horizonte tiene el reto de entrar en Copa del Rey para conmemorar el centenario del trofeo copero conseguido frente al Barcelona. «Es un objetivo muy bonito pero complicado debido a los presupuestos económicos con los que se manejan algunos equipos del grupo. Hay que trabajar mucho, pero tenemos toda la ilusión del mundo».

Uno de los momentos más destacados en su trayectoria como jugador rojinegro se encuentra el ascenso a la categoría de bronce «después de tres años intentándolo sin éxito, fue especial vivir esa situación». Tampoco olvida que «llevamos buenas temporadas en Segunda B, con momentos muy gratificantes».

A sus 31 años, reconoce tener «cuerda para rato siempre que me respeten las lesiones como hasta ahora». En este sentido, tiene como espejo a su compañero Txemi Talledo, que «con 39 años continúa con la mecha encendida», se despide con una sonrisa.