El Amorebieta sigue sin echar el cerrojo

En el pasado curso, al Amorebieta le tocó esperar hasta este octavo capítulo liguero para mantener su portería inmaculada. Lo consiguió, para mayor coincidencia, en su visita a Gernika, entonces con una igualada inicial que mantuvo durante todo el partido. Así que faltó muy poco para repetirse esta historia tan curiosa para las estadísticas.

Hasta el día de hoy, los azules ha recibido 15 goles, de ellos 8 en los tres primeros encuentros. Desde entonces, se ha logrado disminuir esa media de tantos adversos, a pesar del 1-3 encajado en la séptima jornada en el derbi ante el Leioa. Un dato, el de goles en contra, que la mayoría de las veces condena a los equipos a estar en la zona delicada de la tabla durante demasiado tiempo.

Llama la atención que de los 15 goles encajados este curso (8 han sido en los primeros tiempos), casi la mitad son recibidos tanto en el primer cuarto de hora como en los últimos 15 minutos antes de alcanzar el descanso. Estos malos números descienden ligeramente en la reanudación. Entonces, en las segundas mitades, los azules han encajado 7 goles, aunque 4 de ellos se reciben en ese último cuarto de hora de los partidos, incluido el recibido en Urbieta, en el que hay menos tiempo para la reacción.

Si miramos los datos de tantos encajados en toda la pasada temporada, comprobamos que el Amorebieta dejó su portería inmaculada solo en 12 encuentros, la mitad de ellos en Urritxe. De esa docena de partidos sin recibir gol, 8 de ellos acontecieron durante las primeras 24 jornadas, cuando Joseba Etxeberria dirigía las operaciones desde el banquillo, y las otras 4 con Xabi Sánchez como técnico.

De momento, los azules buscarán en su feudo este sábado a las 16:30, en su noveno intento, evitar cualquier gol en su portería para acercarse a esos números de la pasada campaña y, por qué no, poder mejorarlos a lo largo de la competición. Enfrente, este fin de semana, un Oviedo Vetusta en puestos de playoff que ha marcado en todos sus partidos. Las estadísticas están para romperlas, aunque sea en el descuento.