La Liga quiere volver, a puerta cerrada, a finales de abril
El plan de los clubes pasa por jugar tres jornadas por semana, desde primeros de abril y estirar el calendario hasta julio
La Liga de Fútbol Profesional (LFP) se ha marcado como objetivo «acabar sí o sí» la temporada. El plan que barajan los clubes españoles es reanudar la competición a finales de abril o principios de mayo con partidos a puerta cerrada hasta que la situación se normalice y pueda regresar el público, jugar tres encuentros por semana y, por último, extender la competición al mes de julio, con la campaña tradicional ya acabada, si es necesario, según ha podido saber EL CORREO.
Los equipos trabajan con la posibilidad de hacer públicas sus propuestas de calendario la próxima semana, siempre a expensas de la evolución de la pandemia. Se analizan varias opciones: la mejor es volver a jugar el jueves 23 de abril. A partir de ahí se piensa en los sábados 2 y 9 de mayo y en el jueves 14. Pero hay una alternativa que horroriza aún más. Que el virus no dé tregua y la campaña se reanude a finales de mayo. Si es así, será imprescindible acabar en julio.
El retraso de la Eurocopa’2020 a 2021 ha sido recibido con alegría. «Con esa medida, la Liga acabará. Damos las gracias a la UEFA», dijo este miércoles Javier Tebas, el presidente de la LFP, a ‘As’. Esto abre el mes de junio a las competiciones nacionales. Además, el gobierno del fútbol continental ha creado un grupo de trabajo para ver cómo acaban las competiciones. La Liga está en este equipo. Pedirá que, si es necesario, se jueguen encuentros en julio.
Después de años de descomunal expansión económica y saneados tras liquidar sus deudas, los clubes están aterrorizados por las consecuencias de la pandemia. Quedan 11 jornadas de Liga por disputar, un 28%. Por tanto, éste es el porcentaje del dinero que dejarán de ingresar si la competición no se retoma. La LFP puso la semana pasada números a este alternativa tan desastrosa: se perderían 674 millones.
La patronal entiende que es necesario que haya soluciones imaginativas y solidarias. Da por hecho que supondrán sacrificios para todos. Para empezar, a los aficionados. Si el estado de alarma lo permite, el plan pasa por reanudar la competición con partidos a puerta cerrada en las primeras jornadas a la espera de que la situación sanitaria se normalice y puedan regresar los espectadores. Esta medida se explica por la necesidad de aprovechar todas las fechas posibles y porque deben ofrecer partidos a los operadores televisivos para salvar la totalidad de su formidable contrato de 1.915 millones.
Cuando los partidos se reanuden, se jugarán tres por semana. La meta es hacer todo lo posible por acabar antes del 30 de junio. Si no puede ser así, se pretende extender la competición más allá del 30 de junio. Luis Rubiales, presidente de la Federación Española, ya dijo el martes que no descarta que la Copa, torneo que organiza, se dispute en julio. La UEFA parece dispuesta también a abrir ese mes a la campaña 2019-20.
¿Qué pasa con los contratos?
Esto genera problemas. Los contratos acaban el 30 de junio. ¿Qué hacer con un jugador que concluya ese día y no va a seguir? Es un asunto a resolver por la FIFA, el gobierno del fútbol mundial. La primera idea que se baraja pasa por aplicar una extensión de esos tratos durante el tiempo de julio necesario.
Este escenario tendría varias consecuencias. Los clubes deberían pagar un plus a quienes acaben contrato y trabajen unas semanas más. Además, obligaría a la FIFA a cambiar la fechas del primer mercado de fichajes. Lo razonable sería que pasara del 1 de julio al 1 de agosto. Por último, se debería reordenar el calendario de la campaña 2020-21, que probablemente empezaría más tarde.
